Estrés

El estrés es una reacción del cuerpo ante un reto o un desafío. Se trata de un sentimiento normal, que puede aparecer en cualquier momento de tensión o ante una situación que produce nervios, preocupación o frustración. Cuando el estrés aparece en pequeños episodios, puede resultar positivo para actuar con mayor rapidez ante diferentes situaciones, por ejemplo, ante un peligro o para llevar a cabo cualquier acción con una fecha límite.

Sin embargo, cuando el sentimiento de estrés se alarga en el tiempo y acompaña diariamente, puede resultar muy peligroso para la salud. Es decir, el estrés está producido por determinado factor y cuando este se resuelve, el sentimiento debe desaparecer. Cuando esto no ocurre y el estrés permanece pese a haber desaparecido lo que lo causaba, se convierte en ansiedad.

Todas las personas pasan por episodios estresantes con frecuencia, porque es una reacción natural asociada a la liberación de hormonas en el cerebro ante ciertas situaciones. No obstante, existen dos tipos de estrés. El estrés agudo es el que aparece de forma abrupta, es un sentimiento a corto plazo que generalmente desaparece en unos pocos minutos.

Este tipo de estrés es causado por situaciones cotidianas que causan enfado, agobio o frustración entre otros. Suele ocurrir cuando te ves envuelto en una discusión o cuando estás conduciendo en la ciudad y el tráfico te mantiene alerta. Esas situaciones suelen terminar en un corto plazo, el tráfico se regula o llegas a tu destino y al bajar del coche tu cuerpo se regula y desaparece el estrés.

Pero si esto no ocurre y el estrés se mantiene en el tiempo, pasan horas desde que se produce la causa y tu cuerpo no se regula, entonces el estrés se vuelve crónico. Si tienes problemas laborales, tu relación de pareja no funciona o las preocupaciones económicas, puedes sufrir estrés crónico. Incluso, puedes llegar a convivir tanto tiempo con esta sensación que dejas de percibirlo. Sin embargo, el estrés crónico puede causar muchos problemas de salud, como diabetes, presión arterial alta, enfermedades cardíacas o diferentes trastornos mentales, como la mencionada ansiedad e incluso la depresión.

Por ello, es muy importante buscar la manera de poder controlar el estrés para evitar que este se vuelva crónico. Existen diferentes maneras de regular el cuerpo y eliminar el estrés, pero para ello, debes ser consciente de que tienes un problema. Para muchas personas, el estrés es una forma de vida, es la forma de llevar las obligaciones del día a día porque es lo que les mantiene alerta.

Sin embargo, la línea entre el estrés agudo y el estrés crónico es muy delgada. Por ello, debes aprender a identificar cuáles son los síntomas de este problema. De forma qué, puedas reconocer los síntomas en ti mismo para poder buscar una solución. Alguno de los síntomas más comunes del estrés crónico son, las cefaleas muy intensas y continuas, los problemas de índole sexual, rigidez en el cuello o en la mandíbula, problemas para conciliar el sueño, falta de concentración o malestar de estómago, entre otras.

A veces, las personas que padecen alguno de estos síntomas de estrés crónico, buscan erróneamente la solución en sustancias nocivas, como el alcohol o el tabaco. Sin embargo, estas sustancias no te ayudarán a solucionar el estrés, por el contrario, pueden sumarse a la lista de problemas causados por no controlar correctamente el estrés.

En esta sección llamada “Estrés”, encontrarás información muy útil sobre este sentimiento que todo el mundo padece. Porque vivir estresado no es vivir bien, no es saludable y en algún momento, puede causarte graves problemas de salud. Conocerte a ti mismo, aprender a controlar las emociones y saber cómo actuar ante ciertas situaciones, te ayudará a vivir con menos estrés.