Síndromes

En medicina, el síndrome es un conjunto de síntomas y signos conocidos, que se pueden identificar y que pueden estar producidos por una o varias causas, las cuales, no tienen por qué ser biológicas. Es decir, un determinado síndrome puede estar relacionado con una o más enfermedades, o a ninguna. No obstante, existen diferencias importantes entre síndrome y enfermedad, porque no son sinónimos.

En un síndrome, se suelen compartir una serie de rasgos que se repiten y se dan juntos con mucha frecuencia. No obstante, algunos de los síntomas que se asocian a determinados síndromes, pueden variar notablemente con el tiempo. Incluso, en algunos casos es posible que con el tratamiento adecuado puedan llegar a desaparecer. Especialmente en aquellos casos en los que se trata de síndromes asociados a una causa social o emocional.

Para poder comprender fácilmente cuál es la diferencia entre un síndrome y una enfermedad, hay que buscar la causa que produce cada una de ellas. Por una parte, la enfermedad tiene una causa biológica y produce cambios que se pueden identificar en el organismo. Es decir, la enfermedad altera el estado de salud físico. Aunque no siempre se pueden encontrar las causas que producen dicha enfermedad o estas aún no sean conocidas. No obstante, en algunos casos el síndrome puede ser la manifestación de una enfermedad, pero en otros casos no.

Uno de los ejemplos más conocidos es el caso del Síndrome de Down, de cuál, se conoce cuál es su origen, pero aún no se ha descubierto cuál es la causa de esta alteración genética. Por lo tanto, el Síndrome de Dawn no es una enfermedad, es una condición y las personas que presentan estas características, no están consideradas como personas enfermas. En este caso, el tratamiento consiste en un conjunto de terapias de conducta, cognitivas, logopedia, ocupacional y/o física, en función de las necesidades individuales.

Otro ejemplo muy significativo es el del Síndrome de Estocolmo. En este caso, no existe ninguna enfermedad ni tampoco se producen síntomas físicos. Este síndrome se caracteriza por un cuadro sintomático producido por un nivel de tensión emocional muy elevado, que lleva a la persona que lo padece a auto protegerse del resto del mundo.

Existen muchos tipos de síndromes, algunos afectan de forma neurológica, como todos aquellos que se agrupan en el Trastorno del Espectro Autista (TEA). Otros afectan de forma física, alterando las facciones físicas, del rostro o de cualquier otra parte del cuerpo. En la actualidad, tanto los profesionales de la salud como las propias familias, están desarrollando una importante campaña de concienciación. Ya que, es muy habitual que, en distintos ámbitos como la prensa, se hable de este tipo de síndromes como si de una enfermedad se tratase y, por ende, a las personas que lo padecen como enfermos.

En muchos casos, el tratamiento para muchos síndromes es de tipo psicológico, lo que supone un añadido de complicación para las personas que lo padecen. Muchos tipos de síndromes son difíciles de reconocer, porque los rasgos y características de este tipo de alteraciones suelen ser de tipo emocional. Por ello, es muy importante contar con toda la información posible para gestionar la situación y mejorarla dentro de las posibilidades de cada caso.

Conocer los rasgos y características de alguno de los síndromes más habituales, e incluso, alguno de los menos conocidos, puede ayudarte a detectar un problema en ti mismo o en cualquier persona que tengas a tu alrededor. Porque a diferencia de las enfermedades, que se manifiestan generalmente con síntomas físicos, muchos síndromes no presentan ningún tipo de sintomatología. Encontrar una respuesta a eso que te sucede, puede ser el primer paso para encontrar las herramientas necesarias para descubrirte y conocerte en profundidad.