Familia

El derecho a la familia está recogido como uno de los derechos humanos fundamentales. Esto es porque la familia es la base del todo, el fundamento de la sociedad en sí, donde los individuos encuentran el sentimiento de pertenencia y donde nacen las primeras relaciones sociales y culturales. En la familia se aprende a ser, a andar, a hablar, a relacionarse con otras personas y lo más importante, valores.

Hasta hace no mucho tiempo, el concepto de familia estaba limitado al núcleo formado por una madre, un padre y los hijos resultantes de la relación entre ambos. Sin embargo, este concepto obsoleto y anticuado ha pasado a adoptar una definición mucho más amplia, ya que en la actualidad existen diferentes tipos de familia.

Incluso, para muchas personas la familia está formada por aquellas personas que contribuyen al estado de bienestar de cualquier manera. Los amigos, la pareja o las personas que de alguna forma mejoran la vida de una persona, pueden llegar a convertirse en miembros de una familia, aunque no se compartan lazos de sangre.

Es decir, para que una familia exista, debe haber vínculos que contribuyan a la unión de ese grupo de personas que forman ese núcleo afectivo. Ya sea un vínculo emocional o la unión por consanguineidad. Pero lo que es indudable es, que para que la familia sea consistente, deben existir valores que fortalezcan esos vínculos de unión.

Los valores son esas cualidades que caracterizan a una persona, que la convierten en un ser valioso y apreciado por los demás. Esos valores pueden estar marcados por las convicciones religiosas o las creencias de cada familia, pero sin duda, los valores más importantes son la empatía, la solidaridad, la bondad o cualquier otro que contribuya al bienestar social.

Esos son los valores que se transmiten en familia, los adultos son los que transmiten esas cualidades a los niños y gracias a ello, los pequeños aprenden a diferenciar lo que está bien de lo que está mal. Sin este aprendizaje, sin esta transmisión de cultura y valores familiares, la continuidad de una sociedad justa es insostenible. Porque más allá de las cuestiones materiales, lo que une a una familia son las características personales. La forma de apoyar a las personas que se quieren, valorar la familia por encima de todo, más allá de los propios intereses personales.

De hecho, en el concepto de familia se define que un miembro de una unidad familiar lo es por siempre, aunque ya no se encuentre en este mundo o, aunque existan diferencias que rompan la unión familiar. Es decir, aunque en tu vida puedas tener conflictos que te separen temporalmente de tus padres o hermanos, nunca dejan de formar parte de tu familia. La familia puede crecer, lo hace cuando unes tu vida a la de otra persona, cuando tienes hijos y entre la unión de sangre y la unión legal se forma un nuevo núcleo familiar.

Incluso, aunque sientas que tus amigos son más allegados a ti que algún miembro de tu familia, estos nunca dejarán de estar unidos a ti por algo más importante, que son los vínculos existentes entre los distintos miembros de una familia. Si te preguntas por qué es tan importante la familia, desde el punto de vista psicológico tiene una explicación.

En la familia existen derechos y deberes, entre los cuáles se encuentra la obligación de potenciar las habilidades para el desarrollo social de cada miembro de la familia. Ofrecer a los demás miembros de la familia las herramientas necesarias para desenvolverse en sociedad, es decir, enseñar a los niños a ser independientes y autónomos. De forma qué, la relación de estos con el resto de personas, sea siempre en beneficio del bienestar de toda la sociedad.

Por todo ello, en esta sección te ofreceremos muchos consejos para que puedas vivir feliz rodeado de los que más quieres.