Existen miles de declaraciones de amor. Sin embargo, el amor se demuestra con hechos no con palabras o regalos.
Hoy os traigo un cuento y un vídeo que refleja muy bien lo que es el amor:
«Érase una vez muchacha muy hermosa. Todos los días llamaban decenas de pretendientes a su puerta. Ella los rechazaba a todos pues estaba esperando a algún príncipe.
Llegó el día en que un príncipe alto, fuerte y guapo llamó a su puerta y la colmó con cientos de espléndidos regalos. La muchacha encantada se casó con el príncipe.
Pasaron los años y el esplendor de los regalos se fue apagando. La vida en palacio se tornó triste y solitaria. Muy pronto la joven se dio cuenta de cómo era realmente su marido y Rey: un tirano con sus súbditos y muy proclive a la guerra para conquistar las pertenencias de los humildes campesinos.
La joven se armó de valor y le dijo lo que ella pensaba de él. El Rey le contestó:
– Yo acepto mi verdadera naturaleza pero tú no eres muy diferente de mi. Eres una mujer codiciosa que únicamente se fue con aquel que le ofreció más regalos y lujo.
La princesa se acordó de las decenas de muchachos honrados que había rechazado porque no le podían ofrecer una vida de lujo ni convertirla en princesa. Supo que las duras palabras del Rey eran verdad.
Presa de un amargo desconsuelo lloró 3 días y 3 noches sin parar hasta que decidió escapar de esa vida artificial en la que se hallaba sumida.
Sin embargo, el Rey descubrió su intento y la mandó encerrar para retenerla junto a él.
Con el tiempo, la princesa fue haciendo amistad con uno de los guardias que la custodiaban. Parecía un buen hombre y la animaba a no desesperar. Un día el soldado le dijo:
– Solo tienes una forma de salir de esta mazmorra. La solución es muy dura y supondrá mucho sacrificio para ti. Tienes que desfigurarte la cara. Solo así este Rey tan vanidoso prescindirá de ti.
– Peo ¿qué haré si acabo con mi belleza? Es lo único que tengo. Siempre viviré sola-, dijo la princesa.
– No es cierto. Con el tiempo, me he enamorado de ti, de todo tu ser: tu belleza interior brilla incluso más que tu belleza exterior.
La princesa comprendió que ella también se había enamorado del guardia. Ambos cogieron una daga y la princesa se hizo 2 largos y profundos cortes.
Las cosas salieron como había planeado el guardia. El Rey la desterró y ambos pudieron vivir felices.» Cuento de Pedro Pablo Sacristán.
Ahora como guinda a este edificante cuento puedes ver este vídeo en el que se muestra una verdadera declaración de amor: