¿Perdonar nos ayuda a olvidar?

Yo no hablo de venganzas ni perdones, el olvido es la única venganza y el único perdón.”

Jorge Luis Borges

¿Cómo podemos perdonar? ¿la cultura influye en el perdón? ¿Al perdonar nos sentiremos mejor? ¿Se debe perdonar cualquier ofensa? ¿perdonar nos ayuda a olvidar? Estas son algunos de los cuestionamientos que intentaré resolver en éste artículo.

El perdón es un tema muy complejo, ha tenido muchas connotaciones a través de la historia, desde el punto de vista moral, ético y religioso. Por esto puede ser visto desde diferentes perspectivas. No es un acto único que se hace en un momento determinado, es un proceso continuo que se puede ir profundizando y completando a lo largo del tiempo y puede tener varias fases o niveles. (Case, 2005)

Al hablar del perdón, es inevitable hablar de cultura, pues nuestro contexto determina en gran parte nuestras conductas, además la cultura también influye en la manera en que los eventos son interpretados y tiene gran influencia en la manera en que la víctima y el victimario perciben la experiencia del perdón. Hay un evidente distinción entre sociedades colectivistas y sociedades individualistas, el perdón es más importante en las cultural colectivistas que en las culturas individualistas ya que la reconciliación se percibe como la consecuencia natural del perdón por los colectivistas mientras que se considera opcional por los individualistas (Hook et al., 2008).

Generalmente, en la cultura occidental se le atribuye el concepto del perdón a la influencia de Jesús de Nazareth, aunque el perdón no es un invento cristiano, tanto la Biblia Hebrea como el Nuevo Testamento hablan con gran convicción del perdón, pero Jesús lo introduce como algo fundamental en las relaciones humanas, sus palabras en el Sermón de la Montaña son significativas: «Si pues al presentar tu ofrenda en el altar te acuerdas de que un hermano tuyo tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí, delante del altar, y vete primero a reconciliar con tu hermano; luego vuelves y presentas tu ofrenda» (Mt 5, 23-24).

Se sabe que algunas personas perdonan mas fácilmente que otras, en un estudio de de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), se analizaron los cambios y diferencias entre sexos al perdonar. Se concluyó que los padres perdonan con más facilidad que sus hijos, y las mujeres más que los hombres. Una variable decisiva que se ralciona con la capacidad para perdonar es la empatía.

Pero ¿cual es el objetivo del perdón? Si vemos el perdón como un proceso intrapersonal, que se lleva a cabo únicamente dentro de un individuo, el objetivo no debería de ser la resolución del evento en sí, la reconciliación se considera independiente del perdón, arreglar la relación con el agraviado o reanudar la interacción con el mismo no es un requisito para lograr el perdón. Sino que éste es visto como un proceso meramente interno que corresponde solo a un individuo.

¿Hasta donde debemos perdonar?, hay limites para esto? Jaques Derrida ha analizado mucho el concepto del perdon. en una entrevista con Michel Wieviorka, publicada en el libro El siglo y el perdón, dice: “sólo es posible perdonar lo imperdonable”. Hay que perdonar lo peor, el crimen despiadado, el daño imperdonable. El perdón se percibe como lo imposible mismo, no como lo fácil y posible. Plantea un perdón absoluto e incondicional y que para que se puro no debe de haber ninguna condición para que sea otorgado.

La filósofa judía Hannah Arendt, dice que el perdón es algo propio de todo ser humano, en su ensayo clásico «La condición humana», hace un alegato a favor del perdón en la ética social. Ella no considera a la sociedad como una construcción de individuos autónomos, sino como una red de relaciones, en la que cada persona participa de la historia de la otra. Ella ve al perdón como una necesidad humana que surge de la necesidad de vivir juntos en una red de relaciones. Según ella, El perdón restaura y rehabilita la capacidad humana de actuar. 

El perdón también tiene que ver con una intención de progresar y seguir adelante, sin estar anclados a nuestras experiencias pasadas, para Luskin (2008), el principal beneficio del perdón es la reafirmación de que no somos víctimas de nuestro pasado. Ciertamente el pasado influye en el presente. El perdón brinda la clave para reconocer el pasado como una experiencia y seguir adelante.

En un artículo de la University of St Andrews, se considera que el perdón juega un rol clave en el mantenimiento de las relaciones sociales, también se considera importante para la evitación del conflicto y la habilidad para moverse hacia adelante en la vida. Pero ¿por que algunas personas encuentran mas fácil olvidar y perdonar a otros? en éste estudio, se explora la supuesta relación entre el perdón y el olvido. En una sesión inicial, 30 participantes imaginaron que fueron víctimas en una serie de accidentes y se les pidió que indicaran si podían o no perdonar a su agresor, siguiendo un proceso en el que los participantes eran entrenados para pensar o no pensar en algunos de estos incidentes. Se observó mayor olvido en incidentes en los que el perdón se había dado con las instrucciones de no pensar en lo sucedido, comprados con los que si pensaban. En contraste, no hubo efectos de olvido emergentes de incidentes que no habían sido perdonados antes.

Esto significa que el hecho de olvidar facilita el perdón y el no olvidar lo dificulta. Pero ¿El hecho de perdonar nos ayuda a olvidar los hechos? Según este estudio, los hechos traumáticos son más susceptibles de olvidar cuando perdonamos a quien nos causó ese dolor, el perdón, si se acompaña de una intención de no recordar el asunto nos hace más fácil el olvido.

En lo personal, coincido mas con una perspectiva individualista e intrapersonal del perdón, es decir que el perdón no debe ser visto como la búsqueda de restauración de daño, ni su finalidad debe ser la reconciliación, sino que creo que es un proceso que implica un decisión que solo debe beneficiar a quien la tome. Otorgar el perdón no debe ser algo obligado ni impuesto, en nuestra sociedad hay mucha presión respecto a poder perdonar, pero no debemos dejarnos influenciar por eso, el perdón solo se encuentra cuando se ha aceptado el daño y sus repercusiones. Además se debe tener en cuenta que el olvido no es un consecuencia necesaria del perdón, es decir que el hecho de perdonar no borrará el recuerdo de la acción.


Deja tu comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

*