La parálisis del sueño es un trastorno que afecta a un amplio porcentaje de la sociedad, el cual se caracteriza por producir sensaciones muy desagradables, aunque en realidad no tiene efectos negativos sobre nuestra salud de forma directa. A continuación vamos a analizar algunos de los aspectos más destacados de la parálisis del sueño y tendremos en cuenta todas sus particularidades para conocer mejor este problema.
Qué es la parálisis del sueño
La parálisis del sueño es básicamente un trastorno que se produce en el sueño y se caracteriza por ser una incapacidad transitoria que impide la realización de cualquier tipo de movimiento de forma voluntaria. Se debe a que la situación se produce cuando nos encontramos entre el sueño y la vigilia, provocando una angustia que puede llegar a ser muy intensa en aquellos que la padecen. Esto ocurre por una razón muy clara, y es que la persona afectada se encuentra en ese instante plenamente consciente, habiéndose activado los sentidos pero mostrándose el impedimento de no poder moverse.
Generalmente ocurre al comenzar o al finalizar el sueño, y se caracteriza por tener una duración corta ya que generalmente no supera los tres minutos y generalmente es inferior a un minuto, aunque cabe destacar que este tiempo puede llegar a convertirse en una eternidad para los que padecen este tipo de situación.
Cabe destacar que la parálisis del sueño se calcula que ocurre al menos una vez en la vida en un mínimo de la mitad de la población, por lo que es un tipo de trastorno con mucha mayor frecuencia de lo que estamos acostumbrados, aunque generalmente no vuelve a ocurrir nuevamente en el futuro.
Tipos de parálisis del sueño
Cabe destacar que en la actualidad se conocen tres tipos diferenciados de parálisis del sueño en función de las razones por las que se considera se produce:
- Parálisis del sueño aislada: se trata de la parálisis del sueño que se produce en un paciente que nunca antes había experimentado este tipo de situación. Generalmente no se vuelve a producir o incluso puede estar presente durante una temporada pero al final acaba desapareciendo, ya que en estos casos se asocia directamente a un nivel excesivamente alto de ansiedad y estrés. También suele presentarse en los casos en los que se descansa de forma irregular y fragmentada, no respetando los horarios y no descansando el tiempo necesario.
- Parálisis del sueño familiar: estamos ante un tipo de parálisis muy poco frecuente, hasta el punto de que apenas se conocen casos puesto que los únicos que supuestamente han ocurrido están representados exclusivamente en la literatura. Básicamente estaríamos hablando de un tipo de parálisis que se produce en todos los miembros de la familia, lo cual reiteramos que es una situación verdaderamente rara.
- Parálisis del sueño asociada a otras patologías: existen distintas patologías como la narcolepsia que pueden derivar en la parálisis del sueño. De hecho, se considera que más de la mitad de los pacientes con narcolepsia presentan de forma aleatoria este tipo de parálisis.
Causas de la parálisis del sueño y prevención
No existe una causa clara y demostrada acerca de la existencia de razones que empujen a la aparición de la parálisis del sueño, pero básicamente se considera que esta situación se produce en los momentos en los que la persona afectada se encuentra en una etapa de su vida en la que tiene que hacer frente a una gran cantidad de presión y a un alto estrés, de manera que su cuerpo no consigue relajarse del todo durante el sueño.
Se sabe que este tipo de situación hace que se produzcan pesadillas de gran realismo, de manera que se estima que estos lo que ocurre justo antes de despertar de forma abrupta, pero con el inconveniente de que el organismo todavía sigue en vigilia debido a la relajación profunda que se produce durante el sueño.
De esta manera nos encontramos con que hemos despertado y nuestros sentidos comienzan a reactivarse, pero nuestros músculos todavía no reciben información para poder realizar los movimientos, con lo cual se crea una sensación que resulta muy angustiosa y también difícil de explicar por la persona que se ha visto afectada.
Síntomas de la parálisis del sueño
Básicamente entenderíamos como síntomas lo que ya hemos descrito anteriormente, es decir, que la persona afectada se despierte de forma brusca y tenga la desagradable sensación que supone la activación de los sentidos mientras que no puede mover su cuerpo.
Es muy importante tener en cuenta que la parálisis del sueño no implica ningún tipo de riesgo para nuestra vida, algo que la persona que lo sufre debe tener muy claro ya que la situación es tan angustiosa que a menudo pensamos que realmente nos va a pasar algo muy grave, pero nunca se ha dado un caso similar por lo que podemos estar totalmente convencidos de que el nuestro no va a ser el primero.
Debemos tener en cuenta que, aunque nuestros músculos se encuentren en completa relajación, los músculos respiratorios van a seguir funcionando de forma automática y sin nuestra intervención, por lo que podemos estar totalmente tranquilos de que en unos cuantos segundos va a terminar esa mala sensación y podremos volver a movernos con total normalidad y sin que nuestra salud se haya visto afectada en absoluto.
Para que nos hagamos una idea, básicamente la parálisis del sueño sería proyectar de una forma consciente la pesadilla que estamos teniendo de manera que aumenta considerablemente el realismo, lo cual evidentemente es la causa de que se produzca el pánico.
Sin embargo, partiendo de los síntomas generales, también hay que tener en cuenta que las experiencias pueden variar en función del paciente, pero básicamente se presentan seis fases que tienen lugar a lo largo de la parálisis, las cuales son las siguientes:
- Primera fase: esta primera fase es en la que tenemos la sensación de que hay una presencia a nuestro alrededor. Es en la que comienza el miedo ya que tenemos la garantía de que esto es así pese a que no podamos verlo. Sin embargo, a lo largo de esta fase es posible que en determinados momentos veamos una imagen que se mueve hasta el punto de incluso notar que se mueve el propio colchón como si esa sombra se sentase sobre él.
- Segunda fase: en la segunda fase detectamos que esa presencia es una amenaza real, es decir, el miedo pasa a convertirse en sensación de peligro, ya que creemos que esa presencia intenta poseernos de alguna manera. Cabe destacar que estamos hablando de una amenaza de fuerzas sobrenaturales y demoníacas que parecen querer poseer nuestro cuerpo y conquistar nuestra alma. Esto hace que en ese mismo instante hagamos todo lo posible por despertarnos rápidamente, pero evidentemente no podemos hacerlo.
- Tercera fase: en el caso de la tercera fase es cuando aparecen las alucinaciones visuales, las cuales son poco definidas, pero hacen que realmente pensemos que lo que estamos viendo es real. En este momento puede llegar a aparecer incluso alguna imagen como esqueletos, fantasmas o similares.
- Cuarta fase: es en la cuarta fase cuando comienzan las alucinaciones auditivas, es decir, lo que estamos imaginando pasa a tener un sonido que puede variar considerablemente en función del sueño y de la persona afectada, pudiendo escuchar desde zumbidos hasta campanadas, chillidos, gimoteo los, rugidos, etcétera. Incluso en muchos casos pueden llegar a ser sonidos que ya conocemos debido a que son frecuentes en el día a día como por ejemplo ventanas que se rompen, muebles que se arrastran, sirenas, el timbre de la puerta, música, sonido del viento, etcétera. Cuando se trata de voces humanas, las cuales se presentan en cerca de la mitad de los casos, entonces hablamos de sonidos muy débiles a modo de susurro o gritos pero en cualquier caso sin poder identificarlos.
- Quinta fase: ya en la quinta fase es cuando se activa el tacto y comenzamos a tener alucinaciones relacionadas con él. De manera que podemos notar lo que decíamos antes de que el colchón se hundía como si alguien se sentase sobre él, podemos tener la sensación de que alguien está agarrando nuestras manos o piernas, o incluso que nos quitan las sábanas. Hay otras sensaciones diferentes aunque cabe destacar que estas son algunas de las más habituales.
- Sexta fase: y ya en la sexta y última fase es cuando se producen las dificultades respiratorias de manera que tenemos la sensación de que algo nos está presionando en el pecho o como si alguien nos estuviese estrangulando, lo cual hace que tengamos sensación de asfixia. Esta sensación se debe a que nosotros mismos paralizamos los músculos voluntarios sin darnos cuenta. Evidentemente en esta fase tenemos miedo a morir asfixiados, cosa que no va a ocurrir en ningún caso, podéis estar totalmente tranquilos y convencidos de ello.
Diagnóstico de la parálisis del sueño
El diagnóstico de la parálisis del sueño no existe como tal, sino que simplemente se tienen en cuenta los síntomas descritos anteriormente que son bastante demostrativos de la presencia de este problema.
Tratamiento de la parálisis del sueño
En cuanto al tratamiento de la parálisis del sueño debemos tener en cuenta que no existe un medicamento ni proceso específico, pero sí es cierto que podemos optar por algunas alternativas que nos pueden ayudar a solventar el problema.
Si es la primera vez que experimentamos una parálisis del sueño, generalmente se deberá a que estamos estresados, de manera que evidentemente en estos casos lo importante es que actuemos frente a la razón que produce ese estrés, con lo cual, una vez que consigamos aliviarlo, automáticamente desaparecerán los problemas.
De igual manera, incluso estando estresados, en muchas ocasiones simplemente vamos a vivir esta experiencia únicamente esta vez, pero si se repite, entonces es muy importante que busquemos solucionar el estrés, ya que en cualquier caso es algo que nos va a beneficiar muy saludablemente.
En cualquier caso debemos tener muy claro que el momento en el que se produce la parálisis del sueño es un proceso que va a durar un rato y desaparecerá por completo una vez que haya transcurrido, y que por supuesto no existe ningún tipo de peligro ya que todo lo que estamos viendo y las cosas que estamos sintiendo se basan en alucinaciones, es decir, nada de lo que sentimos, por muy realista que parezca, es cierto.
Así que ya sabéis, lo mejor es convenceros de que no va a pasar absolutamente nada, y puede ayudar también el hecho de ir intentando mover el cuerpo pero siempre con tranquilidad, es decir, olvidaos de los agobios puesto que no está pasando nada más que una simple alucinación.
Eso sí, una vez que haya finalizado el episodio, si todavía queréis seguir durmiendo, lo ideal es despertaros durante unos minutos antes de volver a dormir, ya que de lo contrario podría volver a aparecer el episodio de nuevo.
Aunque como comentábamos al principio no existe un tratamiento propiamente dicho para la parálisis del sueño, lo que sí se suele hacer es intentar actuar sobre las causas que lo producen, y en este caso hablaríamos del estrés e incluso las depresiones, de manera que en ocasiones se puede llegar a recetar distintos tipos de medicamento que actúan directamente sobre ellos, incluyendo los antidepresivos tricíclicos que inhiben la fase REM del sueño.
Por otra parte también se recomienda realizar meditación y relajación, los cuales van a venir muy bien en el momento del ataque, de manera que deberemos comenzar cerrando los ojos y evitando el pánico, teniendo claro que es algo irreal e incluso intentar buscar un lado positivo a esta situación.
También debemos mantener equilibradas nuestras emociones en ese instante, además de que intentaremos centrarnos en un objeto que destaque y que resulte positivo para nosotros.
Y por supuesto vamos a dejar de intentar controlar nada de lo que ocurre a nuestro alrededor, sino que tan sólo deberemos tener muy claro que se trata de un proceso para el cual deberemos esperar unos minutos hasta que desaparezca por completo, por lo que no tenemos ni tan siquiera que obsesionarnos con forzar nuestra respiración ni nada por el estilo.
Siguiendo estos pasos poco a poco iremos consiguiendo que el proceso sea más leve para nosotros.