¿Sabías que los superdotados son más propensos a padecer un tipo de depresión conocida como “depresión existencial”?
Cualquier persona, ante una pérdida importante, puede sufrir una depresión existencial. La amenaza de sentir una gran pérdida nos pone de relieve la naturaleza transitoria que tiene la vida. Sin embargo, los niños superdotados suelen poseer estas crisis existenciales de una manera espontánea.
Antes de seguir con el artículo, si quieres saber un poco más acerca de este tipo de niños con un gran talento, te recomiendo este documental, «Cerebros brillantes»:
Según Yalom (1980), la depresión existencial se presenta cuando la persona se enfrenta a ciertas cuestiones básicas sobre la propia existencia: preocupaciones primordiales hacia la muerte, la libertad, el aislamiento y la falta de sentido:
1) La muerte es un hecho inevitable.
2) La libertad se refiere a la ausencia de estructura externa. Debemos dar al mundo una estructura externa que nosotros mismos creamos.
3) El aislamiento pone en entredicho que por muy cerca que estemos de alguien siempre hay un abismo, y estamos solos.
4) La falta de sentido, se deriva de las otras tres. Si tenemos que morir, si construimos nuestro propio mundo y cada uno de nosotros estamos solos, entonces ¿qué sentido tiene la vida?
¿Por qué se dan estas cuestiones en personas con gran talento?
El pensamiento y la reflexión normalmente buscan estas ideas en vez de centrarse en los aspectos superficiales del día a día. Los superdotados son capaces de tener en cuenta las posibilidades de cómo podrían ser las cosas y tienden a ser idealistas. Por ello, sufren frustración y decepción cuando no alcanzan sus ideales. Además, detectan rápidamente las inconsistencias arbitrarias, los absurdos de la sociedad y los comportamientos de los que les rodean.
Por otro lado, cuando los niños intentan compartir estas preocupaciones, por lo general se encuentran con reacciones de perplejidad o incluso de hostilidad. Descubren que otros niños de su edad no tienen estas inquietudes, lo que les hace sentirse diferentes y tienden a aislarse.
Los superdotados también suelen sentir frustración por las limitaciones existenciales de espacio y tiempo. La reacción normal es a menudo la ira. Pero pronto descubren que su ira es inútil, por lo que evoluciona rápidamente hacia una depresión. Si no se presta atención a este tipo de depresión podría derivar en un suicidio.
No podemos hacer mucho en cuanto a la finitud de nuestra existencia. Sin embargo, sí podemos ayudar a estos jóvenes a sentirse entendidos y encontrar formas para controlar este tipo de pensamientos y su sensación de aislamiento.
Parece que el “touch” (tocar o abrazar) es una gran terapia. Tocar a la otra persona rompe con la sensación de aislamiento: un abrazo, un empujón juguetón o incluso un “choca esos cinco” puede ser muy importante para un joven, ya que establece una conexión física con el otro.
A nivel general, el tener contacto y disfrutar de un abrazo no solo es bonito, es una necesidad. Estudios científicos apoyan la teoría que la estimulación por contacto es absolutamente necesaria para nuestro bienestar tanto físico como emocional.
Artículo escrito por Virginia Pecharromán