La mente humana es de los elementos más importantes y a la vez más complicados que pueden encontrarse en el cuerpo. Sus capacidades no cesan de asombrar a los científicos desde tiempos muy antiguos.
La inteligencia se consideraba antiguamente como un regalo o don de los dioses, y a las personas que bien conocían de la vida, o que tenían conocimiento de hierbas y medicina se les tomaba como sabios y se les daba un gran puesto en la sociedad, simplemente porque podían adquirir y utilizar conocimientos a los que muy poca gente tenía acceso. A esto se le llama proceso cognitivo, y es la capacidad de recibir información y ponerla en práctica con el fin de llevar a cabo una determinada actividad.
Hoy en día, podemos tomar esa inteligencia como un resultado del aprendizaje, y en perspectiva decantarnos por aprender más. Cuando participamos de los procesos cognitivos y magnificamos la cantidad de información que almacenamos, podemos realizar muchas más cosas de las que nos creímos capaces antes. Sin embargo, antes de poder llegar a este punto de los procesos cognitivos, es necesario enfocarnos en algo conocido como desarrollo cognitivo.
Que es el simple hecho de desarrollar nuestras capacidades para poder disfrutar de una mayor agilidad mental. Este trabajo debe iniciarse desde que somos niños, y en este post descubriremos cómo hacer que nuestros niños desarrollen al máximo sus habilidades para que sean capaces, en un futuro, de lograr lo que ellos quieran.
¿Cuál es la definición del término?
Lo cognitivo es todo aquello que se encuentra relacionado con el saber y el conocimiento. Este a su vez es el cúmulo de información del que podemos disponer mediante los métodos de aprendizaje o a la experiencia personal.
La psicología cognitiva es el estudio de aquellos procedimientos que realiza la mente y que tiene que ver con los conocimientos. La finalidad de esta es estudiar los mecanismos que se encuentran presentes en la consecución de conocimientos, y la forma en que posteriormente los aplicamos, y van desde los más simples a los más complejos.
El desarrollo cognitivo
El desarrollo cognitivo es el proceso mediante el cual una persona va adquiriendo conocimientos sobre lo que le rodea, y a su vez le permite desarrollar su inteligencia y capacidades. Este desarrollo se inicia desde el nacimiento, y se prolonga hasta las etapas de la infancia y posteriormente de la adolescencia.
Una vez pasadas estas etapas, los seres humanos seguiremos utilizando lo ya aprendido para adquirir nuevos conocimientos. Si has tomado un estilo de aprendizaje o una forma de adquirir conocimientos durante la infancia, será muy difícil que la cambies en la adultez, pues te sentirás ya demasiado cómodo como para hacerlo. Es por esto que se debe trabajar en las facultades cognitivas de las personas desde que son niños, a fin de que les resulte mucho más fácil, no solo aprender, sino desenvolverse en los distintos ambientes que conforman el conocimiento. Al final de la adolescencia, deberán ser capaces de desenvolverse de buena manera a la hora de buscar y procesar información.
La teoría de Piaget
Si lo que se quiere es determinar los periodos de desarrollo por los que pasa una persona desde la infancia, se suele utilizar la teoría de Piaget, pues su teoría del desarrollo cognitivo es el referente más utilizado.
Estadio Sensoriomotor: Desde el momento en que nace, hasta que cumple los dos años, el bebé adquiere una mejor percepción de lo que le rodea, así como también de sus propios movimientos. Ya nace con una serie de reflejos que le permiten comprender la causa y las consecuencias de las cosas desde su primer mes de vida.
En los meses siguientes el bebé ya es capaz de utilizar sus sentidos, relacionándolos entre sí, y puede aprender mediante patrones de conducta o por imitación, lo que le ayuda incluso a prevenir qué va a pasar. No obstante, en esta etapa del desarrollo el bebé todavía no comprende la permanencia de los objetos, y no concibe su existencia cuando éstos no están dentro de su campo de visión.
La curiosidad es el motor que hace que el bebé adquiera los esquemas mentales necesarios para desarrollar su conocimiento. La experimentación es la forma en que tiene el niño de descubrir cómo pueden funcionar los objetos. Hacia el final de esta etapa, ya es capaz además de proyectar una acción en su mente para deducir si funcionará o no.
Estadio preoperacional
Esta etapa va desde los dos hasta los siete años. En esta etapa se desarrollan las representaciones mentales, y el pensamiento en general pasa a ser mucho más rápido y eficiente. Al llegar a esta etapa, el niño será capaz, no solo de pensar en lo presente y lo que ve, sino de tener pensamientos más atemporales.
Los símbolos son una parte muy importante en el desarrollo cognitivo del niño en esta etapa, pues serán la base de su comunicación. Mediante estos puede designar personas, emociones y objetos, pero también puede representar con ellos su lugar en el tiempo.
En esta etapa también se desarrolla el egocentrismo del niño, pues este ve su propio punto de vista como el único que existe. En esta etapa puede aprender que la identidad de los objetos puede ser permanente aunque se vea modificada, y puede aprender sobre la casualidad de algunas acciones.
Estadio de las operaciones concretas
Esta va desde los siete hasta los doce años. En esta etapa sus pensamientos se van pareciendo más al de los adultos. Aquí comienza a establecer relaciones entre los objetos, y a reflexionar de manera lógica sobre ellos. En este punto es capaz incluso de adoptar otros puntos de vista además del suyo.
En esta etapa será capaz de ordenar objetos de manera jerárquica, distinguiendo entre los que son similares o diferentes, y además creando una clasificación entre ellos.
Estadio de las operaciones formales
Este estadio se ve entre los doce años, y deduciendo incluso las consecuencias que pueden tener esas acciones que realice o no en el presente. También será capaz de razonar sobre representaciones mentales que no sean reales. Su desarrollo cognitivo llegará pronto a la etapa cumbre y seguirá aumentando.
El razonamiento y la reflexión, por tanto, comienzan a ser muy eficaces a la hora de comprender el mundo que tienen alrededor. Con ellos alcanzan deducciones sobre la realidad más complejas que las que podían alcanzar antes.
Deterioro cognitivo
Así como existe el desarrollo cognitivo, también podemos encontrarnos con su segunda vertiente, el deterioro cognitivo. Según los estudios, a la edad de los 45 años y más adelante, puede darse el caso de un deterioro cognitivo. Puede comenzar con olvidos leves, que van desde donde hemos dejado las llaves o el control remoto, o la lectura de un texto varias veces antes de poder comprenderlo. En estos casos suelen relacionarse con simples casos de estrés o de tensión ansiosa, y realmente puede que sean únicamente esto. Este deterioro, sin embargo, puede seguir adelante y manifestarse en enfermedades más graves como el Alzheimer y la demencia.
Los científicos pueden diagnosticar el deterioro cognitivo mediante diversos estudios de estos procesos, como la memoria, el vocabulario, las capacidades para comprender su entorno, entre otros. Esta enfermedad puede verse agravada por la obesidad y factores de genética que pueden bien sea desencadenar los síntomas o empeorarlos en caso de ya tenerlos.