Qué es la ambivalencia y qué tipos hay

¿Alguna vez has sentido contrariedad en tus emociones? ¿Has sentido una cosa y también la opuesta por una persona o por ti mismo? En realidad esto es bastante común, pero es necesario reconocer cuándo pasa para evitar la disonancia cognitiva, puesto que esto nos haría sentirnos mal con nosotros mismos al no tener una armonía en los pensamientos. Pero, cuando hablamos de ambivalencia, ¿a qué nos referimos exactamente?

Qué es la ambivalencia

En psicología, la ambivalencia se define como la falta de armonía mental o desconexión que una persona puede sentir cuando tiene sentimientos positivos y negativos con respecto a sí mismo o a los demás o incluso hacia una cosa. También se conoce como la coexistencia de actitudes o sentimientos opuestos, como el amor y el odio, hacia una persona, objeto o idea.

Hay personas a las que les gustan unas cosas pero le desagradan otras, ama a unos pero odia a otros… Incluso tú te puedes sentir triste y feliz casi al mismo tiempo. Los sentimientos incluyen actitudes, emociones y estados de ánimo que pueden ir variando de positivos a negativos.

Cuando sientes una actitud ambivalente hacia alguien o algo, te sientes bien y al respecto a eso. Las personas también pueden ser ambivalentes con hábitos poco saludables como fumar, que sabe que puede matar pero les gusta hacerlo. Una persona también puede sentir ambivalencia por otra persona y sentir que tiene una relación de amor odio.

chico ambivalente rostro

Tipos de ambivalencia

Ambivalencia emocional

Es complicado conectarse con las propias emociones pero es necesario hacerlo para tener armonía en ellas y entender cómo nos sentimos exactamente en cada momento. Si no aprendemos a conectarnos emocionalmente puede aparecer la ambivalencia emocional. Es necesario entender las emociones, aceptarlas y actuar en consecuencia a ellas, solo de esta manera tendremos armonía entre cómo nos sentimos y actuamos.

Cuando esto no es así, cuando sentimos una cosa pero hacemos otra, podemos tener ambivalencia emocional. También puede aparecer cuando pensamos una cosa pero sentimos otra. Hay quienes hacen una cosa pero piensan otra solo por no ser rechazados por los demás.

Los sentimientos provienen de los pensamientos que tenemos y es necesario en este sentido, ser coherente con uno mismo. Si una persona no conecta con las emociones será difícil tener control sobre ellas y por tanto, tomar buenas decisiones.

Ejemplo

Por ejemplo, una persona que no aguanta a otra pero que cuando están juntos por cualquier motivo, como por trabajo, se comporta bien y de forma amable sin notar que la otra persona no le cae bien. Otro ejemplo sería cuando una persona fuma pero al mismo tiempo hace ejercicio, sabe que fumar mata pero que hacer ejercicio es bueno para la salud y quiere tener una buena salud física.

chico ambivalente

Ambivalencia epistémica

Teniendo en cuenta que un ser epidémico es el sujeto que se encuentra en permanente interacción con la realidad y que procura conocer para asegurar las continuas adaptaciones para mantener un equilibrio en esos intercambios… Cuando existe una ambivalencia epidémica es cuando una persona no encuentra coherencia entre sus pensamientos o conocimientos con la realidad que está viviendo.

Por consecuencia le costará adaptarse al medio o encontrar un equilibrio a los cambios del entorno que tenga que hacer en algún momento. Sentirá contradicción entre sus conocimientos, creencias o filosofía con la realidad de su entorno.

Ejemplo

Por ejemplo, cuando una persona tiene unos pensamientos culturales y se va a vivir a una cultura que nada tiene que ver con sus creencias, valores o ideales. Como si una persona de Occidente se va a vivir a países árabes o a Oriente.

Ambivalencia actitudinal

El interés contemporáneo por la ambivalencia surge de los esfuerzos duraderos de los psicólogos sociales por comprender la naturaleza de las actitudes, que se refieren a las opiniones de las personas sobre las personas, las ideas y las cosas.

La ambivalencia se presenta cuando una persona tiene sentimientos positivos o negativos hacia una persona o cosa, incluso hacia si mismo. Su actitud puede mostrar una cosa aunque sienta otra.

Ejemplo

El afecto puede ser complejo, pero tiene que ver con las actitudes. Para entender mejor la ambivalencia, vamos a ver un ejemplo; piensa en los helados. ¿Te gusta el helado? Puede ser que te encante el sabor y te guste comerlo, pero que al mismo tiempo te desagrada porque el gran sabor se obtiene a través de grandes cantidades de grasa, azúcar y calorías. Tendrías una actitud ambivalente hacia el helado.

Ambivalencia psiquiatría

Cuando existe mucha ambivalencia en la vida de una persona puede hacer que a la larga, desarrolle un trastorno de la personalidad. Las personas para poder sentirse equilibradas necesitan en todo momento tener coherencia entre sus pensamientos y sentimientos, así comió con las acciones que desarrollan.

Cuando una persona no tiene coherencia entre lo comentado en este artículo puede desarrollar problemas emocionales que le causen trastornos como depresión, trastorno de ansiedad generalizada e incluso, un trastorno de comportamiento pasivo-agresivo.

Ejemplo

Por ejemplo, una persona que realiza un trabajo que va en contra de sus ideales o sus valores, a la larga podría tener un trastorno depresivo grave por no haber encontrado soluciones que le hicieran dejar ese trabajo y encontrar otro que fuese más acorde a su personalidad y a sus ideales.

chico con ambivalencia

Ambivalencia en el embarazo

Una mujer embarazada cuando siente ambivalencia es cuando en este proceso de gestación siente que debería estar feliz por estar embarazada pero se siente triste e incluso con depresión. Se siente mal porque pensaba antes de estar embarazada que el estarlo le haría ser muy feliz pero no se siente cómo esperaba en un primer momento.

Esta ambivalencia puede ocurrir por miedo al cambio del cuerpo, miedo a que no vaya bien, miedo a la maternidad… en definitiva, la mujer en lugar de sentir alegría siente miedo y tristeza, ansiedad e incertidumbre y todo esto no le permite disfrutar del embarazo tanto como desearía.

La mente es complicada y si estás embarazada y no sabes por qué te sientes tan mal, entonces puedes buscar ayuda de un profesional o una matrona para que te ayuden a encontrar equilibrio emocional y que disfrutes de esta etapa tan bonita. Pero recuerda que no tienes por qué vivirla intensamente todo el tiempo, tendrás momentos de alegría y tristeza, y eso es normal.


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