Las obsesiones parecen un tipo de comportamiento normal para algunas personas. Es como si ese comportamiento les dominase la vida de algún modo, pero en realidad, cuando no se es capaz de controlar estos pensamientos junto con las acciones, la persona afectada puede acabar teniendo un serio problema tanto de salud física como mental.
Cuando hablamos de obsesiones estamos haciendo referencia a pensamientos, ideas o imágenes que son intrusas en la mente de quien la padece, y además, son ideas irracionales y recurrentes, es decir, que aparecen en la mente una y otra vez sin sentir que se tenga el control sobre ellos.
La persona que tiene obsesiones no quiere tenerlas, puesto que le provocan ansiedad y malestar experimentarlos. Las conductas que realizan para evitar las obsesiones reciben el nombre de compulsiones, aunque en realidad tanto las compulsiones como las obsesiones se retroalimentan. Cuando existen rutinas de obsesión-compulsión recibe el nombre de Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC).
Señales del TOC
Una persona con TOC tendrá pensamientos irracionales que le pueden llevar a tener actos compulsivos, aunque la gravedad dependerá de persona a persona. Hay quienes tienen pensamientos irracionales que les provocan ansiedad como pensar que todo lo que tocan está contaminado y que deben lavarse las manos una y otra vez para no enfermarse. Otras personas pueden ordenar todo lo que hay en el hogar con absoluta precisión a causa de su obsesión.
Las personalidades obsesivas tienen algunas señales o características en común, que son:
- Perfeccionismo
- Mucha responsabilidad
- Dan importancia a los pensamientos
- Poca tolerancia a la incertidumbre
- Sobreestimación de amenazas (inexistentes)
- Poca flexibilidad mental
¿Cómo funciona una obsesión?
Cuando una obsesión nos domina, roba nuestra voluntad y mina todo el placer de la vida. Nos volvemos insensibles ante las personas y los eventos, mientras nuestra mente reproduce el mismo diálogo, imágenes o palabras. En una conversación, tenemos poco interés en lo que dice la otra persona y pronto hablamos de nuestra obsesión, ajenos al impacto en nuestro oyente.
Las obsesiones varían en su poder. Cuando son leves, podemos trabajar y distraernos. Cuando es intenso, nuestros pensamientos se centran en nuestra obsesión. Al igual que con las compulsiones, funcionan fuera de nuestro control consciente y rara vez disminuyen con el razonamiento.
Las obsesiones pueden poseer nuestra mente. Nuestros pensamientos van en círculos, alimentando una preocupación incesante, fantasía o una búsqueda de respuestas. Pueden hacerse cargo de nuestra vida, de modo que perdamos horas incluso días o semanas de disfrute y actividad productiva.
Las obsesiones pueden paralizarnos. Otras veces, pueden conducir a un comportamiento compulsivo, como revisar repetidamente nuestro correo electrónico, nuestro peso o si las puertas están cerradas. Perdemos el contacto con nosotros mismos, nuestros sentimientos y nuestra capacidad de razonar y resolver problemas. Las obsesiones como esta generalmente son impulsadas por el miedo. La personas pueden obsesionarse con cualquiera o cualquier cosa.
La preocupación obsesiva ocurre con frecuencia. Debido a la vergüenza, estamos preocupados por cómo nos perciben los demás. Esto lleva a la ansiedad y las obsesiones sobre lo que otras personas piensan de nosotros. Nos preocupamos especialmente antes o después de cualquier tipo de actuación o comportamiento donde otros están mirando o puedan pensar cosas de nosotros.
La vergüenza también crea inseguridad, duda, autocrítica, indecisión y culpa irracional. La culpa normal puede convertirse en una obsesión que conduce a la autovergüenza que puede durar días o meses. La culpa normal se alivia al hacer las paces o al tomar medidas correctivas, pero la vergüenza perdura porque somos «nosotros» los que somos malos, no nuestras acciones.
Tipos de obsesiones
Para poder reconocer una obsesión el primer paso es saber cuál es la que se tiene en cada caso concreto, para ello debes conocer los diferentes tipos de obsesiones. Existen según el tipo de estímulo desencadenante y según el contenido. Una vez sabido esto, seguimos explicando el tipo de obsesiones a continuación:
Según el tipo de estímulo desencadenante
Según el tipo de estímulo desencadenante se pude sentir como inaceptable o realista y hay dos tipos: obsesiones autógenas y obsesiones reactivas.
Las obsesiones autógenas son las que se sienten como inaceptables y aparecen sin quererlo en la conciencia a través de estímulos evocadores. Pueden haber pensamientos o impulsos sexuales, agresivos o inmorales. Por otra parte están las obsesiones reactivas, que son aquellas que son percibidas como realistas y racionales a través de estímulos que se pueden identificar. Por ejemplo, una persona puede tener pensamientos catastrofistas sobre las cosas que le rodean.
Según el contenido
El tipo de obsesión puede cambiar dependiendo del contenido de la misma, las más comunes son:
- Obsesiones simétricas o de orden. Para no sentir malestar todo tiene que estar bien ordenado o limpio dependiendo de unos criterios obsesivos muy específicos.
- Obsesiones por contaminación. Piensan que el entorno puede contaminarles y enfermarles. Sienten necesidad y compulsión para lavarse.
- Obsesiones por contaminación mental. Sienten que los pensamientos de contaminación mental aparecen cuando otra persona se siente mal a través de comentarios críticos o abusivos. Se sienten sucios internamente.
- Obsesiones sensoriomotoras. Tienen que ver con la conciencia exagerada de sensaciones corporales (respirar, masticar, etc.)
- Obsesiones sexuales. Pensamientos que pueden causar daño sexual a otros o a una mismo.
- Obsesiones homosexuales. No pueden parar de pensar en el miedo a ser atraído por personas del mismo sexo.
- Obsesiones por cometer actos violentos. Tienen miedo de hacer daño a las personas que quieren por el tipo de pensamiento que tienen.
- Obsesiones religiosas. Conductas compulsivas como rezar o tener miedo por no ser perdonado por Dios.
- Obsesiones de catastrofismo. La persona piensa que algo malo va a pasar si no realiza la compulsión.
- Obsesiones por falta de control. La persona tiene pensamientos obsesivos en cuanto a perder el control.
Estas son las obsesiones más comunes. Si crees que tienes algunas de estas obsesiones y que las compulsiones y tus pensamientos están controlando tanto tu vida que notas que las cosas no van bien o que tú no tienes el control… entonces acude a tu médico para que pueda evaluar tu estado mental y buscar la ayuda que necesitas en tu caso concreto.