Conoce todos los tipos de depresión

La depresión es un problema que afecta a un amplio número de personas en la actualidad, y es que nuestro estilo de vida ha empujado a menudo a exigirnos más de la cuenta, y en definitiva nos ha rodeado de causas por las que nuestro estado de ánimo se ve afectado dando lugar a diversos tipos de depresión sobre los que habrá que actuar de una forma diferente para solucionarlos atendiendo a su naturaleza. Seguidamente vamos a analizar cada uno de los más frecuentes para poder entender un poco mejor el problema y, por tanto, también acercarnos el máximo posible a la solución.

El Trastorno depresivo estacional

Comenzamos por el conocido como SAD o Trastorno depresivo estacional, el cual y como su nombre indica, se trata de un tipo de depresión que tan sólo tiene lugar en una determinada época del año.

Cada paciente puede variar dicha época, pero lo más habitual es que las depresiones tengan lugar durante los meses de invierno, de manera que empiezan a ver la luz conforme va finalizando el otoño y van desapareciendo conforme empieza la primavera.

En cuanto a los síntomas del Trastorno depresivo estacional podemos destacar un aumento del apetito que además se traduce también en un aumento de peso, la persona afectada suele tener bastante ensueño, sensación de falta de esperanza, presenta dificultades para concentrarse, se nota carente de energía, pierde el interés tanto en el trabajo como en cualquier otro tipo de actividad, incluyendo una pérdida de interés en el ocio, tiende a aislarse socialmente, suele padecer problemas como la irritabilidad y lentitud de movimientos, y generalmente se presenta una apariencia triste y falta de motivación. Además, en muchos casos también se presencia un aumento del nivel de ansiedad.

Estos son los principales síntomas que podremos observar en una persona que padezca este tipo de trastorno, pero cabe destacar que el SAD curiosamente también se puede presentar con otros síntomas que precisamente chocarían con los anteriormente descritos, de manera que una persona que padezca Trastorno depresivo estacional también puede presentar falta de apetito que se traduce en la pérdida de peso además de insomnio.

La depresión maníaca

Otro de los tipos de depresión es la depresión maníaca, más conocida como Trastorno bipolar, de manera que el paciente presenta un trastorno del ánimo a la vez que se combina con comportamientos maniacos, lo cual da lugar a una montaña rusa de emociones que se van alternando, de manera que se tiene que recurrir a un tratamiento diferente a los recomendados para otros tipos de depresión, ya que el objetivo es que ayude a equilibrar el ánimo, debido a que no podemos ni aumentarlo ni disminuirlo puesto que en ambos casos afectaría a cualquiera de las particularidades de este tipo de depresión.

Evidentemente, al tratarse de una mezcla de depresión y comportamiento maníaco, deberemos prestar atención a síntomas que desvelen por separado cada una de estas tendencias, los cuales suelen ser los siguientes.

Síntomas depresivos del Trastorno bipolar

En cuanto a los síntomas depresivos podemos destacar los habituales como son la tristeza, la sensación de falta de esperanza en el paciente, un descenso en la autoestima, la persona siente que es incapaz de realizar prácticamente cualquier cosa y para avanzar en la vida, el sentimiento de culpa es muy frecuente y excesivamente alto, puede llegar a presentar deseo de morir (no tiene por qué implicar suicidio), en ocasiones también puede presentar pensamientos suicidas e incluso llegar a intentarlo, pierde el interés por cualquier tipo de actividad incluyendo el ocio, tiene dificultad para establecer relaciones, problemas para conciliar el sueño, pierde el apetito a la vez que también desciende el peso, siente una importante falta de energía y dificultad a la hora de concentrarse, le cuesta tomar decisiones, puede llegar incluso a escaparse del hogar, se observa mucho miedo a ser rechazado o a sentirse fracasado, se presenta hostil, irritable e incluso en ocasiones puede llegar a la agresión.

También suelen ser frecuentes algunas molestias físicas como por ejemplo los dolores de cabeza, la sensación constante de fatiga e incluso los frecuentes dolores de estómago.

Síntomas maniacos del Trastorno bipolar

Pero como decíamos, en el caso de la depresión maníaca también vamos a tener una serie de síntomas maniacos que se contraponen con los síntomas depresivos que acabamos de observar, ya que entraría por ejemplo un aumento descontrolado de la autoestima, distracciones habituales, la falta de necesidad de sueño y descanso, un aumento de la velocidad al hablar, suele cambiar de tema durante una conversación sin que venga a cuento, presenta gran intolerancia a las interrupciones, también podemos observar cambios de ánimo bruscos como una felicidad excesiva, una forma de comportarse como si hubiese perdido la capacidad de lógica, y de repente puede volverse agresivo o muy enfadado, se siente excitado y eufórico, aumenta considerablemente su energía y su apetito sexual y suele perder bastante el sentido común.

Durante estas fases también suele presentar una personalidad extrema que le lleva a participar en algunas actividades que puedan suponer un comportamiento autodestructivo como puede ser el consumo excesivo de alcohol y drogas, comportamientos imprudentes e incluso la promiscuidad.

La depresión mayor

También tenemos la depresión mayor que es el tipo de depresión más grave y que presenta diversos síntomas que duran al menos dos semanas continuadas. Una vez que finaliza el periodo de depresión, la persona vuelve a la normalidad de manera que la siguiente fase depresiva puede tener lugar incluso años después de finalizar la anterior.

Este tipo de depresión se da más frecuentemente durante la adolescencia o en los primeros años de adulto, y es muy importante proceder a tratarlo lo antes posible para evitar consecuencias graves en las que podría llegar a desembocar.

Cabe destacar que existen dos tipos de depresión mayor que es la depresión con episodio único que tiene lugar en el caso de que tan sólo se produzca una vez en la vida y no vuelva de nuevo, y la depresión recidivante, la cual se caracteriza por haber dos o más episodios a lo largo de la vida del paciente, pero en todo caso, para ser considerada como depresión mayor, la separación entre los episodios debe ser de un mínimo de dos meses.

Entrando al apartado de los síntomas de la depresión mayor (los cuales evidentemente tan sólo se observarán en el momento en el que se encuentre en alguna de las fases), el paciente muestra un estado de ánimo depresivo durante prácticamente todo el día, perdiendo por completo el interés en cualquier tipo de actividad, trabajo o incluso en todo aquello que antes le divertía.

También se presentan cambios en el peso, pudiendo engordar o adelgazar de forma agresiva y produciéndose otros problemas como el insomnio o la hipersomnia. La autoestima desciende y el paciente ve cómo aumentan sus sentimientos de culpabilidad, hasta el punto que puede incluso tener pensamientos suicidas.

Aparecen problemas de concentración y presenta una mayor dificultad durante la toma de decisiones, mientras que físicamente el paciente puede verse o muy agitado o sin energía dependiendo del modo en que afecte.

La depresión posparto

Otro tipo de depresión también bastante conocida es la depresión posparto que se caracteriza fundamentalmente porque tiene lugar tras el parto. Eso sí, no debemos pensar que la depresión postparto es inmediata, sino que en ocasiones puede incluso tener lugar hasta un año después de nacido el bebé, aunque evidentemente es más frecuente que haga presencia durante los primeros meses.

En cuanto a las causas que pueden desembocar en este tipo de depresión está el hecho de que el cuerpo de la mujer cambia, entre otros, a nivel hormonal, a la vez que empieza a ser consciente de que ya no va a tener tanta libertad ni tiempo para dedicarse a sí misma.

Esto da lugar a cambios a la hora de establecer relaciones sociales así como a la hora de conciliar el sueño, el cual se ve interrumpido constantemente por las atenciones que hay que dedicar al pequeño.

Otra de las causas habituales de la depresión posparto es el hecho de que la madre en ocasiones puede sentir que duda sobre su capacidad para ser una buena madre, algo muy frecuente sobre todo en los primeros partos.

La depresión psicótica

La depresión psicótica nace a partir de otro tipo de depresión si se presentan cuadros psicóticos, de manera que el paciente habrá experimentado cualquiera de los tipos de depresiones pero, además, se agravará con alucinaciones y delirios.

La distimia

Terminamos nuestra lista con todos los tipos de depresión hablando de la distimia, un tipo de depresión más suave que en el caso de la depresión mayor pero que tiene fases de mayor duración, ya que pueden llegar a alcanzar incluso los dos años.

Durante este tiempo, el paciente presentará una pérdida o incluso un aumento del apetito, lo cual puede influir en su peso aumentándolo o disminuyéndolo según el caso. También hay contrastes dependiendo del paciente a la hora de establecer el sueño, presentando hipersomnia o insomnio.

Aumentan las dificultades a la hora de concentrarse y se anula la capacidad de toma de decisiones, descendiendo también la autoestima y presentando un claro sentimiento de desesperanza.

A nivel físico, el paciente se encuentra fatigado y falto de energía prácticamente a lo largo de todo el día.

Cabe destacar que, aunque no ocurre en todos los casos, un paciente con distimia también puede presentar episodios depresivos severos en algún momento muy concreto, aunque habitualmente se trata de fases largas pero con un efecto más suave.

Estas son todas las depresiones que podemos padecer, aunque recordad que en cualquier caso también existe la posibilidad de que haya combinaciones y variaciones en función de las características de cada paciente así como de la existencia de otras enfermedades diferentes.

Por ello y en todo caso, si nos encontramos ante situaciones similares, ya sea por nosotros o por personas de nuestro entorno, lo mejor es ponerse en manos de un profesional que se encargará de realizar una valoración adecuada y procederá a establecer un sistema de control a la vez que un tratamiento en caso de que sea necesario.

En ningún momento debemos caer en el error de intentar tratarnos por nuestra cuenta, ya que estamos hablando de problemas psicológicos que pueden ser llevados a buen cauce pero que, en el caso de que no haya un control adecuado, también pueden derivar en otros problemas mucho mayores, por lo que no es el momento de experimentar.


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