Existe una terapia cognitiva basada en el Mindfulness diseñada para ayudar en la prevención de la recaída de la depresión.
Utiliza técnicas tradicionales de la terapia cognitivo conductual (TCC) y agrega nuevas estrategias psicológicas basadas en ejercitar la atención (Mindfulness).
Una de las técnicas que se usa en la TCC a este respecto es educar a los pacientes en todos los aspectos característicos de la depresión: qué tipos de depresión hay y qué técnicas se suelen abordar para curarla.
En lo que se refiere a la meditación mindfulness se les entrena a aceptar todos los pensamientos y sentimientos que el paciente tiene pero sin entrar a valorarlos ni reaccionar ante ellos.
Cuando las personas que históricamente han tenido episodios depresivos se angustian, regresan de nuevo a los procesos cognitivos automáticos que pueden desencadenar un nuevo episodio depresivo. El objetivo de esta nueva terapia que mezcla la TCC con el mindfulness es interrumpir estos procesos automáticos negativos enseñando a los participantes a no reaccionar a los estímulos entrantes. En cambio se les enseña a aceptarlos y a no hacer ninguna valoración de los mismos.
La investigación apoya los efectos positivos de esta nueva terapia en personas que han sufrido depresión 3 o más veces a lo largo de su vida y demuestra que han reducido las tasas de recaída en un 50%.
En el programa de entrenamiento de esta nueva terapia, el paciente participa en meditaciones guiadas y se le enseña y anima a cultivar la atención plena en su vida cotidiana, a concentrarse en cada momento.
A través de este entrenamiento de la atención, los pacientes pueden reconocer que aferrarse a algunos de estos sentimientos son ineficaces y destructivos mentalmente. La aplicación de esta terapia beneficia también al propio terapeuta.
En definitiva, esta nueva terapia es un programa de intervención desarrollado para dirigirse específicamente a la vulnerabilidad de las personas que han sufrido depresión. A lo largo del programa, los pacientes aprenden habilidades mentales de gestión que conducen a aumentar la conciencia metacognitiva, la aceptación de los patrones de pensamiento negativo y la capacidad de responder de manera hábil. Durante el tratamiento los pacientes aprenden a desapegarse de sus pensamientos y sentimientos negativos, lo que permite a la mente pasar de un patrón de pensamiento automático negativo a un procesamiento emocional consciente.