Síntomas del consumo de drogas

Vamos hacer una diferenciación entre los síntomas que se producen debido al abuso de drogas y los síntomas debidos a una adicción a las drogas:

Los signos y síntomas del abuso de drogas:

1) La persona descuida sus responsabilidades en la escuela, el trabajo o el hogar a causa del consumo de drogas.

Consumo de drogas

2) La persona consume drogas en situaciones de alto riesgo tales como conducir bajo los efectos de alguna droga o tener relaciones sexuales sin protección.

3) La persona consumidora de drogas comienza a tener problemas legales tales como arrestos por desorden público, conducir bajo la influencia de alguna droga o detenciones por robar para conseguir dinero para pagar la droga.

4) La persona empieza a tener problemas en sus relaciones como por ejemplo peleas con su pareja o miembros de la familia, o la pérdida de viejos amigos.

Los signos y síntomas de la adicción a las drogas

1) La persona ya ha construido una tolerancia a las drogas. Necesita más cantidad de droga para experimentar los mismos efectos que tenía cuando consumía menos cantidad.

2) La persona toma medicamentos para evitar o aliviar los síntomas de abstinencia. Si lleva demasiado tiempo sin consumir experimenta síntomas tales como náuseas, inquietud, insomnio, depresión, sudoración, temblores y ansiedad.

3) La persona ha perdido el control sobre su consumo de drogas. A menudo se droga más de lo planeado, a pesar de que dijo que no lo haría. Es posible que desee dejar de consumir, pero se siente impotente.

4) Su vida gira en torno al uso de drogas. Pasa mucho tiempo pensando en su consumo y en la manera de abastecerse y recuperarse de los efectos de la droga.

5) Ha abandonado actividades que antes disfrutaba como pasatiempos, deportes y socializar.

6) Continúa usando drogas a pesar de saber que le están haciendo daño. Está causando grandes problemas en su vida: cambios de humor, depresión, paranoia,… A pesar de todo, sigue consumiendo.

Los signos físicos de advertencia del abuso de drogas:

1) Ojos inyectados de sangre y las pupilas más grandes o más pequeñas de lo normal.

2) Cambios en los patrones de apetito o sueño. Pérdida repentina de peso o aumento de peso.

3) El deterioro de la apariencia física y de hábitos de aseo personal.

4) Olores extraños en el aliento, el cuerpo o la ropa.

5) Temblores, dificultad para hablar o problemas de coordinación.


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