Existen diversas maneras en la que una persona puede contraer cáncer, siendo una de ellas de carácter hereditario, pues algunas mutaciones en los genes podrían aumentar las posibilidades de que un individuo desarrolle dicha enfermedad. Uno de los casos más comunes del cáncer colorrectal es el síndrome de Lynch, del cual hablaremos a los largo de esta entrada.
¿De qué se trata el síndrome de Lynch?
Se denomina síndrome de Lynch al cáncer colorrectal heriditario, es decir, el síndrome es una afección hereditaria que aumenta las posibilidades de que una persona desarrolle cáncer en el colon, recto, endometrio, estómago, páncreas, entre otros. Esto se debe a que existen mutaciones en genes del ADN y al ser de carácter hereditario, no existen más “causas”, por lo que nos saltaremos dicho apartado.
Las probabilidades de desarrollar un cáncer de colon se ubica hasta en un 82% para las personas afectadas por el síndrome de Lynch. Sin embargo, el rango de edad se ubica hasta los 70 años aproximadamente, es decir, los individuos podrán desarrollar el cáncer en cualquier momento de su vida hasta dicha edad. Por otro lado, las mujeres también tienen altas probabilidades de desarrollar cáncer de endometrio, puesto que el porcentaje se ha ubicado en un 71%.
A pesar de que existen varias causas del cáncer colorrectal hereditario, la comunidad científica ha colocado el síndrome de Lynch como el principal causante; que además no sólo afecta dichos lugares del cuerpo, sino que también aumenta la predisposición de tumores en ovarios, vías urinarias, cerebro, entre otros.
El funcionamiento o afección de este síndrome consiste en las mutaciones de los genes MLH1, 2 y 6, además del PMS2 o EPCAm. Sin embargo, esto no significa que obligatoriamente las personas que contengan dichas mutaciones desarrollarán cáncer, sino que tendrán altas probabilidades de desarrollarlo. Por ejemplo, en la población general aquellos afectados del cáncer de colon o recto, del 3% al 8% de los casos se deben a la enfermedad de Lynch.
Cabe destacar que pueden nombrarse dos tipos del síndrome, los cuales se diferencian por las enfermedades que pueden desarrollarse:
- El de tipo I es aquél en el que los individuos han desarrollado tumores malignos en el colon con poca edad.
- Mientras que el de tipo II son aquellos afectados que tienen altas probabilidades de desarrollar tumores secundarios, como los mencionados a lo largo del artículo (endometrio, estómago, riñón, ovarios, entre otros).
¿Cuáles son los síntomas del síndrome de Lynch?
Los síntomas, señales o afecciones que produce este síndrome son directamente el desarrollo de tumores o cáncer en las diferentes partes del cuerpo; teniendo cada lugar sus propias probabilidades (como explicábamos en el caso del colon y endometrio).
Por otra parte, los síntomas están estrechamente relacionados a los cánceres que puede producir o más bien, propiciar su desarrollo. Eso significa que un individuo que posea el síndrome de Lynch debe estar alerta ante los posibles síntomas que indiquen alguno de los tipos de cánceres mencionados.
Por ejemplo, se debe tener sospechas ante problemas con el tránsito intestinal (como diarrea o estreñimiento), dolor en el abdomen o sangre en el recto; ya que esto podría indicar un posible cáncer de colon o recto.
De igual forma sucederá con las demás afecciones. Es importante buscar los síntomas de cada uno y hacerse un chequeo médico cada cierto período de tiempo (siendo prudente acortar dicho período a medida que avanzamos de edad). Además, en caso de las mujeres es recomendable estar alerta a los síntomas del cáncer de endometrio, ya que como mencionamos tienen altas probabilidades de desarrollarlo.
Diagnóstico
El diagnóstico es de vital importancia al igual que las pautas para la prevención, ya que las personas que poseen el síndrome de Lynch tienen muchas más probabilidades de superar cualquiera de los cánceres desarrollados, debido a que al ser diagnosticadas de forma temprana, estarán prevenidas ante cualquier alerta que puedan indicar un problema en su salud; mientras que aquellos que no poseen el síndrome, suelen enterarse del cáncer desarrollado después de un tiempo prolongado.
Para poder diagnosticar el síndrome de Lynch se utilizan unos aspectos que deben tenerse en cuenta, a estos se les denomina como “criterios Ámsterdam”, los cuales son:
- Se debe buscar entre los familiares al menos tres individuos que haya tenido algunos de los cánceres asociados al síndrome.
- A su vez, que también al menos dos de ellos sean de generaciones diferentes pero consecutivas, por ejemplo padre e hijo.
- Es importante que por lo menos uno de ellos haya sido diagnosticado a edades temprana, con un tope máximo de cincuenta años.
Tratamiento o prevención del síndrome de Lynch
El tratamiento para el síndrome de Lynch no existe, realmente son métodos preventivos para evitar el desarrollo del cáncer del colon a alguno de los mencionados; ya que como se ha dicho, los afectados tienen altas probabilidades.
Principalmente se recomienda cambiar los malos hábitos que podamos tener y cambiarlos por una vida mucho más saludable. Por ejemplo:
- Comer saludablemente eligiendo una dieta que nos proporcione los nutrientes necesarios. Dejando a un lado la comida que pueda afectar, como la chatarra.
- Hacer ejercicio siempre ha sido una de las actividad más saludables que podemos realizar los seres humanos, ya que posee grandes beneficios físicos y mentales.
- Obviamente dejar los malos hábitos como el consumo de cigarrillo, el cual añade aún más porcentaje de las probabilidades de desarrollar cáncer.
Por otro lado, también se debe hacer una cierta cantidad de pruebas para determinar la salud del organismo cada período de tiempo definido por la edad de la persona; siendo mientras más edad, menor cantidad de tiempo entre cada examen.
- Es importante realizar una colonoscopía a partir de la mayoría de edad hasta aproximadamente los 25 años; el tiempo entre cada prueba sería de uno o dos años.
- Realizar un examen físico anual, al igual que el de orina. Estos pueden ser a partir de los 27 años de edad.
- Hacer endoscopía con duodenoscopía cada tres años.
Por último, en algunos casos los individuos prefieren extraer sus órganos que tengan altas probabilidades de contraer cáncer, este método se le conoce como “cirugía reductora de riesgo” y se usa más que todo en el colon, útero y ovarios.