¡El amor! ¡Ese gran desconocido y anhelado! Cuando una persona se enamora de otra y ese amor es correspondido la vida se vuelve de un color más agradable, las sensaciones son más agradables y los que antes lastimaba, ahora da más igual. La realidad se vuelve más bonita a nuestros ojos y esa persona que nos roba el corazón, simplemente… ¡es maravillosa! ¿Por qué nos enamoramos? ¿Qué es lo que hace que tu corazón lata por una persona y no por otra?
¡Pura química!
Las personas somos química y nuestro cerebro tiene una forma peculiar de funcionar cuando se enamora. La ciencia es capaz de dar sentido al amor, que aunque sea menos romántico de lo que te imaginas, en realidad te puede ayudar a entender por qué te enamoras y cómo lo haces. El amor se relaciona con los niveles de serotonina que desaparece a medida que el cerebro se llena de dopamina cuando se está con una persona en concreto.
Las personas pueden sentir cierta obsesión con las personas, porque a causa de la subida de esa dopamina, el cerebro se siente ‘adicto’ a esa persona. Requiere más su presencia porque nos hace sentir bien y queremos sentirnos así el máximo tiempo posible.
La segregación de dopamina ocurre por supervivencia… a causa de la evolución humana, es inevitable buscar a una persona para procrear y que la especie humana pueda seguir creciendo. Algunos piensan que solo nos enamoramos para tener sexo y así tener hijos… Aunque no ocurre, nuestro cerebro más primitivo es lo que quiere conseguir. La dopamina nos hace estar más felices y también se produce feniletilamina, que está detrás de la atracción sexual… Aunque el deseo surge gracias a la testosterona y el estrógeno.
Cómo te enamoras
Cuando una persona se enamora todo comienza en la corteza cerebral, después el sistema endocrino entra en acción y existen respuestas físicas y químicas (como hemos dicho más arriba, gracias a la segregación de dopamina en el hipotálamo).
Primero se siente cierta atracción física y después, existe una atracción por la persona. El enamoramiento aparece casi de la nada cuando se sospecha que hay reciprocidad, es decir, que la otra persona también siente lo mismo por nosotros.
Enamorarse tiene síntomas, ¿quieres conocerlos?
- Sudoración
- Ritmo cardíaco más acelerado
- Deseo de unión física
- Deseo de reciprocidad
- Miedo a ser rechazado
- Pensamientos hacia la otra persona repetitivos
- Menos concentración
- Nervios ante la presencia de la otra persona
- Idealización de la otra persona
Además, cuando una persona se enamora se siente cierta euforia natural al estar con la otra persona gracias a la feniletilamina… teniendo en cuenta la genética y el instinto de procreación y preservación de la especie humana.
Por qué te enamoras
Esta pregunta se la han hecho muchos poetas y artistas a lo largo de la historia de la humanidad. Una respuesta suele ser que el amor entre dos personas surge cuando existe una cierta atracción y se dan también los factores y las circunstancias sociales adecuad para que la pasión entre los individuos sean lo suficientemente fuertes como para que surja.
En otras palabras, parece que se deben alinear los astros para que dos personas se enamoren… ¡pero en realidad no es así! Cuando el amor es recíproco es lo más bonito que pueda suceder, aunque cuando no es correspondido, el dolor puede ser bastante grande.
Similitudes
Normalmente, para que exista atracción entre dos personas antes de enamorarse deben darse algunos factores. Estos factores son los siguientes:
- Similitud en creencias, en rasgos de personalidad y en formas de pensar.
- Cercanía, esto puede ser por pasar mucho tiempo hablando, estando juntos, vivir cerca… compartir experiencias habitualmente.
- Características deseables en el otro. Esto se centra en una apariencia física externa que se considere deseable y también pero en menor medida, que la personalidad también sea deseable.
- Afición recíproca, cuando la otra persona se siente atraída por ti o te gusta, eso puede aumentar tu gusto.
Influencia social y compañía
También hay dos factores importantes que influyen después de que los factores anteriores den ‘positivo’ entre dos personas:
- Influencias sociales. Una unión potencial que satisfaga las normas sociales generales, así como la aceptación de la unión potencial dentro de la red social a la que se pertenece, puede contribuir a que las personas se enamoren. Por el contrario, una unión que no satisface las normas sociales generales o que no es aceptada por la red social de uno puede hacer que la gente se desamore.
- Necesidades de estar con otra persona. Si una persona puede satisfacer las necesidades de compañía, amor, sexo o procreación, hay una mayor posibilidad de que la otra persona se enamore de él o ella.
Intimidad y conexión
Existen otros factores que también son necesarios para que el amor entre dos personas sea real y apasionado… en lugar de que sea más amistad que amor en una relación de pareja. Estos factores son:
- Excitación e inusualidad. Estar en un entorno inusual o excitante puede despertar pasión, incluso si el ambiente se percibe como peligroso o espeluznante.
- Señales específicas. Una característica particular del otro puede provocar una atracción particularmente fuerte (por ejemplo, partes de su cuerpo o rasgos faciales).
- Dependencia. Cuanto más quieras ser en una relación, menor será tu autoestima y más probable es que te enamores.
- Intimidad. Pasar tiempo a solas con otra persona también puede contribuir a un desarrollo de la pasión.
- Misterio. Si hay algún misterio que rodea a la otra persona y la incertidumbre acerca de lo que la otra persona piensa o siente, preguntarse cuándo iniciará el contacto también puede contribuir a la pasión.
Vivir experiencias juntos también hará que las personas comiencen a sentir diferentes emociones uno por el otro. El amor puede ser inesperado, la química del cerebro no se controla por lo que tampoco se puede controlar por quien nos enamoramos.
El amor es como una droga…. ¡literalmente! El neurocientífico Thomas Insel y sus compañeros de la Universidad de Emory en Atlanta realizaron estudios donde se demostrada que existía una vinculación de pares monógamos entre ratones de campo (pequeños ratones que se aparean de por vida sin buscar otras parejas sexuales) afecta los mismos circuitos cerebrales de recompensa que son responsables de la adicción a la cocaína y la heroína.