Ningún alimento por sí solo protege eficazmente frente al cáncer.
Un informe del Instituto Americano para la Investigación del Cáncer afirma que muchos estudios atribuyen a determinados minerales, vitaminas y compuestos químicos vegetales (fitoquímicos) una acción anticancerígena, pero las evidencias sugieren que el efecto real es debido a la sinergia entre varias sustancias proporcionadas por una variedad de alimentos.
La clave reside en el equilibrio de la dieta
Es más correcto afirmar que una dieta determinada es anticancerígena que atribuir esta propiedad a un único alimento.
El informe, que se ha elaborado a partir de un análisis riguroso de las investigaciones publicadas, añade que la dieta anticancerígena es la basada en las hortalizas, las frutas, los cereales integrales y las legumbres, la cual ayuda además a mantener un peso adecuado.
El instituto, cuyo principal objetivo es investigar la prevención del cáncer desde que se fundó en 1982, ha abierto una web (www.aicr.org/foods-that-fight-cancer) donde las personas interesadas pueden encontrar consejos prácticos, basados en estudios científicos contrastados, para diseñar sus menús.
Entre los alimentos más recomendables se encuentran los arándanos azules y rojos, las coles, las semillas de lino, las legumbres, las verduras de hoja verde oscuro, el ajo, las uvas, el té verde, la soja, los tomates y los cereales integrales.
Texto extraído de la revista Cuerpo y Mente.