Es posible que ante la prueba de un examen te hayas sentido alguna vez nervioso, que te haya empezado a dolor la barriga e incluso, que hayas tenido que hacer diarrea o que hayas vomitado. Cuando esto ocurre parece que estás enfermo, como si tuvieras una gastroenteritis, pero en realidad no hay ningún problema de tipo viral en ti, simplemente son tus nervios que te están jugando una mala pasada en el estómago.
Nervios en el estómago
Cuando se tienen nervios en el estómago, también se conoce como estómago nervioso o padecer ansiedad nerviosa del estómago. Un estómago nervioso es un ejemplo claro de cómo las emociones pueden afectar a la salud de una persona, exactamente a la salud corporal. Los médicos pueden diagnosticar de ansiedad nerviosa del estómago cuando una persona tiene síntomas como diarrea, náuseas, vómitos, hinchazón de vientre… pero no existe ninguna condición gastrointestinal que lo provoque.
Cuando una persona tiene nervios en el estómago por el motivo que sea y tiene los síntomas característicos de esta dolencia emocional que afecta al cuerpo, se suelen incluir técnicas para reducir la ansiedad, el estrés y la tensión que puede estar viviendo la persona en esos momentos.
Síntomas
Los síntomas suelen ser muy parecidos de una persona a otra que sufre esta dolencia emocional y física, ya que son síntomas gastrointestinales. Sentir hinchazón, náuseas y tener vómitos y diarrea son los síntomas más comunes. Aunque también pueden aparecer gases, sentir dolor estomacal, sentir como si se tuvieran mariposas en el estómago, malestar estomacal, indigestiones, disminución del apetito, sensación de calor o aleteo en la boca del estómago y también, un aumento de la micción.
Tanto niños como adultos pueden experimentar los síntomas de un estómago nervioso y pueden describir sus síntomas de forma diferente a cómo lo hacen los adultos. Los niños pueden negarse de ir a la escuela porque ‘les duele la barriga’, y si no tienen ningún tipo de afección, es más que probable que sea a causa de un estómago nervioso. Habría que investigar para saber cuáles son las causas emocionales que le hacen estar así al pequeño para encontrar la solución cuanto antes.
Posibles causas
Esto le podría pasar a cualquiera, son los nervios los que te causan una mala pasada en el estómago. El cerebro y el intestino están conectados a través del nervio vago, uno de los nervios más grandes del cuerpo humano. Éste le envía señales del cerebro al intestino y a la inversa, lo que puede aumentar la irritabilidad o la irregularidad digestiva cuando una persona siente estrés o ansiedad. Esto ocurre porque las terminaciones nerviosas en el estómago están diseñadas para responder a las hormonas del estrés transmitidas desde el cerebro.
Si tus síntomas sueles tenerlos con regularidad e incluso te das cuenta de que están empeorando progresivamente, entonces es probable que necesites prestar más atención a tus niveles de estrés y a tu salud digestiva. En raras ocasiones el estómago nervioso puede ser motivo de un problema de salud subyacente mayor. Pero si es bastante común en ti padecer estas dolencias, sería adecuado que acudas a tu médico por si tuvieras otro tipo de afección.
Algunos eventos que pueden causarte estas dolencias son:
- Un evento nuevo
- Cambios en la vida
- Exámenes o presentaciones
- Problemas económicos
- Problemas familiares
- Divorcio
- Problemas en la pareja
- Cambios en el trabajo o despido
- La muerte de un ser querido
- Una enfermedad crónica
¿Existe un tratamiento?
Tu médico puede comenzar a tratar tus nervios en el estómago identificando los factores desencadenantes del estrés en la vida de una persona. Algunos de estos desencadenantes pueden necesitar abordarse de una forma específica, sobre todo si son problemas en la escuela, el trabajo, la familia u otros problemas de relación.
La terapia puede ser una buena idea para comenzar a tratar los nervios del estómago, porque de esta manera la persona podrá aprender a tener un mejor control de las situaciones que le desestabilizan y también de sus emociones. Aunque no se puede eliminar el estrés por completo se pueden saber técnicas para afrontar mejor estos problemas.
En ocasiones, un médico puede recetar medicación para reducir la ansiedad y los niveles del estrés. El tratamiento para la ansiedad o la depresión también puede ayudar a reducir los síntomas de un estómago nervioso.
La meditación también puede ser una buena idea para mejorar la concentración y la atención de una persona hacia su vida. Meditar implica concentrarse en la respiración, repitiendo (o no) un mantra y así poder enfocar mejor la energía y aliviar el estrés. Con tan solo 15 minutos al día puede ayudar a una persona a reducir los nervios en su estómago.
¿Se puede prevenir?
Aunque existen tratamientos para el estómago nervioso, también será necesario cambiar el estilo de vida para que de esta manera, puedas evitar volver a padecer esta afección tan molesta y desagradable. Si quieres dejar de sufrir ansiedad nerviosa del estómago, sigue leyendo:
Controla el estrés en tu vida
Si sientes demasiado estrés por eventos que están ocurriendo en tu vida, debes saber que todo esto: pasará. Son situaciones temporales y no merece la pena pasar tantos nervios por ello. Si estás pasando por experiencias estresantes y crónicas, será necesario que encuentres el tiempo y las formas necesarias de controlar el estrés. Tu estómago nervioso podrá desaparecer si desaparece el estrés crónico de tu vida.
Mejora tu salud digestiva
Un estómago nervioso podría ser un indicador de que tienes una condición digestiva que debes tratar. También podría significar que tanto los niveles de estrés como la salud digestiva necesitan mejorar. Lidiar con mucha indigestión, hinchazón y dolor de estómago nervioso son fuertes señales de esto.
Intenta realizar cambios simples en tu dieta, comiendo alimentos ricos en fibra y probióticos. Intenta comer comidas más pequeñas en lugar de grandes. Tu digestión puede verse obstaculizada, lo que podría estar causando los nervios en el estómago. Cuando tengas nervios en el estómago toma alimentos que sean más fáciles de digerir.
Y por supuesto, no te puedes olvidar de la importancia de dormir bien por las noches entre 7 y 9 horas de sueño reparador y también, ¡hacer ejercicio para aumentar tu bienestar general!