Los 13 trastornos psicológicos más comunes

Persona con enfermedad psicológica

Antes de pasar a exponer cuáles son los 10 trastornos psicológicos más comunes, os voy a dejar con el vídeo de una persona que sufre un ataque esquizofrénico. La esquizofenia ocupa el ranking número 9 en esta lista así que me ha parecido relevante poner el vídeo para que veáis en qué consiste un ataque de este tipo.

El protagonista de este vídeo es víctima de un ataque esquizofrénico y decide grabarlo para que todos veamos lo que siente:

Qué es un trastorno psicológico

A la hora de definir lo que es un trastorno psicológico, podríamos decir que se trata de una serie de síntomas tanto psicológicos como de conducta. Algo que afectará a la vida habitual de quien los padezca. Ya que cuando mencionamos que hay un trastorno, estamos haciendo hincapié en que hay un desorden que implica tanto al cerebro en sí mismo como a las emociones o pensamientos. La unión de todos ellos desencadenará un comportamiento inusual.

Si te preguntaran qué enfermedad es la más común en los países desarrollados quizás respondieras el cáncer o tal vez las enfermedades del corazón. La respuesta sería incorrecta en ambos casos. Lo creas o no, la respuesta correcta es la enfermedad mental.

vivir sin ansiedad

Al igual que el cáncer y las enfermedades del corazón, las enfermedades mentales son una condición médica.

Los trastornos mentales no discriminan por la edad, la raza u origen étnico. El espectro de enfermedades psicológicas va de leve a grave y, como cualquier condición médica, existen muchos factores desencadenantes.

En los últimos años, se ha prestado una mayor atención a los trastornos mentales debido a la carga que suponen al sistema sanitario público. Los trastornos mentales son reconocidos como un problema global.

Tipos de enfermedades psicológicas

Trastornos del Espectro Autista.

Los genes , otras condiciones médicas y el medio ambiente pueden colocar a ciertos niños en situación de riesgo de padecer los llamados trastornos del espectro autista, más comunes en los niños que en las niñas. Los trastornos del espectro autista comienzan cuando los niños son muy jóvenes y es difícil de diagnosticar debido a que no existe una prueba médica o de sangre para confirmarlo. Del mismo modo, no existe una cura. Sin embargo, la detección e intervención temprana con terapia conductual y educativa que se basa en los desafíos individuales del niño es bastante efectiva.

Esquizofrenia.

Imagínate que escuchases voces que otras personas no oyen y que invaden tus pensamientos conspirando para que hagas algún tipo de daño. Para una persona con esquizofrenia, estas experiencias incontrolables pueden ser incapacitantes.

La esquizofrenia, una misteriosa enfermedad que por lo general se presenta en personas de 16 a 30 años, afecta a hombres y mujeres por igual. La causa se desconoce, por lo que los médicos tratan de controlar los síntomas de los pacientes con fármacos antipsicóticos y terapias psicosociales que enseñan mecanismos de supervivencia.

Os dejo con un vídeo de la Clínica Universidad de Navarra en la que habla un poco más acerca de esta enfermedad mental:

Trastorno Bipolar.

El trastorno bipolar, englobado en los llamados trastornos del estado de ánimo, provoca en las personas que lo padecen emociones muy exageradas (son los llamados episodios maníacos) para después pasar a niveles anímicos peligrosamente bajos (depresión). Los extremos son tan drásticos que pueden dañar las relaciones sociales, provocando como resultado un bajo rendimiento en la escuela o el trabajo y con riesgo de suicidio.

La mayoría de las personas con trastorno bipolar son diagnosticados a los 25 años, pero muchas veces esta enfermedad no es fácil de detectar. Dado que las pruebas de sangre y escáneres cerebrales no pueden detectar el trastorno bipolar, los profesionales de la salud mental se basan en la historia clínica del paciente. Las personas con trastorno bipolar pueden llevar una vida normal con un tratamiento adecuado que combine medicación y psicoterapia para controlar los síntomas y reducir el riesgo de futuros episodios.

Trastorno de pánico.

El corazón late muy deprisa. Dificultad para respirar. Las náuseas y los mareos. Debilidad. Sudoración. Hormigueo manos. Dolores en el pecho. Sensaciones de sofoco. La pérdida de control. Terror.

Los ataques de pánico son muy reales, es la manifestación física del miedo. Durante un ataque de pánico severo, podrías incluso creer que estás teniendo un ataque al corazón. Por otra parte, debido a que un ataque de estas características puede ocurrir en cualquier momento, existe el miedo adicional de no saber cuándo será el siguiente ataque.

Está clasificado como un trastorno cuando se produce varias veces y es incapacitante. Muchas personas empiezan a tener ataques de pánico en la adolescencia o en el principio de la vida adulta. Este trastorno parece ser hereditario. Sin ayuda, las personas que sufren ataques de pánico pueden desarrollar agorafobia, miedo a los espacios abiertos. Las personas con agorafobia tienen un miedo intenso a situaciones o lugares de los que no pueden escapar.

La buena noticia es que el trastorno de pánico es el trastorno de ansiedad más tratable. Los pacientes reciben una combinación de medicamentos y psicoterapia.

Trastornos de Ansiedad.

Persona con trastorno de ansiedad

Los trastornos de ansiedad engloban una serie de enfermedades mentales:

  • El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) es una combinación de pensamientos recurrentes (obsesiones) y acciones repetitivas (compulsiones) que realiza una persona con la creencia de que el comportamiento le da el control de la obsesión. Por ejemplo, una mujer obsesionada con la limpieza puede sentir la necesidad de lavarse las manos una y otra vez. Algunas personas con TOC desarrollan rituales diarios muy complejos.
  • Trastorno de estrés postraumático (TEPT) se produce después de una experiencia aterradora en la que la persona sintió la amenaza de daño físico o miedo, horror o impotencia.
  • Trastorno de ansiedad generalizada (TAG). Las personas con TAG se preocupan demasiado por las preocupaciones cotidianas y, a menudo esperan desastres. Cuando su nivel de ansiedad se eleva, son un «manojo de nervios» y experimentan síntomas físicos tales como tensión muscular, sudoración, temblores y náuseas.

Muchas personas que sufren de trastornos de ansiedad se automedican con alcohol y drogas. Sin embargo, se debe buscar ayuda profesional porque, como el trastorno de pánico, los trastornos de ansiedad se pueden tratar con medicamentos y terapia.

Fobias.

Las fobias también se engloban dentro de los trastornos de ansiedad. Las fobias pueden ser muy dispares, desde hablar en público hasta el pánico a las serpientes. Cuando estas fobias interrumpen sus actividades diarias empiezan a ser un problema.

Un ejemplo sería la fobia social. Usualmente comienza en la adolescencia. Se convierte en un problema o trastorno cuando pasan días y semanas preocupándose por las relaciones sociales. Al igual que con el trastorno de pánico, la ansiedad social puede conducir a la agorafobia.

La medicación y la terapia puede ayudar a aliviar la ansiedad y permitir que los pacientes puedan funcionar normalmente.

Déficit de Atención e Hiperactividad.

los trastornos psicologicos

¿Te acuerdas del compañero de tu colegio que no podía quedarse quieto, siempre estaba hablando o interrumpiendo, se le olvidaba hacer la tarea y parecía perderlo todo? Lo más probable es que el niño sufría de trastorno de hiperactividad y déficit de atención (TDAH).

El TDAH es un trastorno común en la niñez. Por lo general se diagnostica en niños muy activos que tienen dificultades para concentrarse y controlar su comportamiento. La genética pone algunos niños en situación de riesgo.

Para diagnosticar y posteriormente tratar el TDAH, los profesionales médicos evalúan primero la salud física del niño para descartar otras enfermedades, como la mala visión o pérdida de audición. Las observaciones y los informes de los maestros y los miembros de la familia ayudan a un médico a establecer un diagnóstico y comenzar el tratamiento. Muchos niños reciben medicación y terapia conductual.

La mayoría de los niños con TDAH superan o aprenden a manejar muchos de los síntomas. Sin embargo, algunos continúan teniendo este trastorno en su vida adulta, por lo que su vida personal y profesional resulta difícil de manejar.

Trastornos de la alimentación.

Cuando una persona con anorexia se ve en el espejo, él o ella ve un reflejo de sobrepeso, no el cuerpo desnutrido que en realidad se refleja. La falta de alimentación y la obsesión con la comida puede llevar a la gente con anorexia a numerosos problemas de salud potencialmente mortales, como la desnutrición.

La bulimia nerviosa se produce en aquellas personas que consumen grandes cantidades de comida y luego, lamentando su comportamiento y la falta de control, se purgan a base de vómitos, uso de laxantes, ayuno o ejercicio obsesivo.

Los trastornos alimenticios se pueden tratar con tratamientos personalizados que ofrecen medicación, consejería nutricional y terapia individual y de grupo.

Os dejo una campaña publicitaria que refleja muy bien estos problemas:

https://www.youtube.com/watch?v=XzI_DsjBiyc

Trastornos de la Personalidad.

Los seres humanos tienen una colección de rasgos de la personalidad que se basan en nuestras experiencias e influyen en nuestra interacción social, nuestro comportamiento y forma de pensar. Estos rasgos están profundamente arraigados en nuestra cultura. Las personas con trastornos de la personalidad tienen rasgos de carácter muy rígidos que pueden afectar a su capacidad para funcionar en situaciones cotidianas.

Entre los trastornos de personalidad más comunes se encuentran:

  • Trastorno de la personalidad antisocial: se refiere a aquellas personas que no siguen las reglas sociales y tienen poca consideración por los sentimientos de los demás. A menudo muestran un comportamiento criminal y no muestran remordimiento.
  • Trastorno límite de personalidad: este trastorno hace que la gente sea inestable e impulsiva. Temen el abandono y tienen dificultades para mantener relaciones estables.

El diagnóstico y tratamiento de los trastornos de la personalidad es difícil porque hay muchos factores biológicos y ambientales que interfieren. Además, muchas personas que sufren algún tipo de trastorno de la personalidad suelen padecer algún otro tipo de trastorno mental, como los trastornos de ansiedad, el TDAH, la depresión y el trastorno bipolar.

Trastornos del estado de ánimo.

Los estados de ánimo son emociones sostenidas, que colorean la manera de ver la vida. Cuando alguien tiene un trastorno del estado de ánimo, el panorama general no es color de rosa. Las personas con estos trastornos tienen estados de ánimo que van más allá de sentirse «tristes». Los trastornos del estado de ánimo se pueden encontrar en todas las razas y clases sociales, pero son más comunes entre las personas solteras.

Son los trastornos mentales más frecuentemente diagnosticados. Además del trastorno bipolar, los trastornos del estado de ánimo incluyen el trastorno depresivo mayor y el trastorno distímico.

La depresión mayor se caracteriza por una tristeza profunda persistente. Los síntomas como la fatiga, falta de concentración, cambios en el apetito y pensamientos de suicidio interfieren con el funcionamiento diario. Las personas con distimia manifiestan síntomas menos severos pero más duraderos. Otras formas de depresión son la depresión posparto.

La depresión es un trastorno cerebral causado muy probablemente por una combinación de factores genéticos, ambientales, biológicos y psicológicos. Afortunadamente, la depresión puede ser tratada y los mejores resultados se logran cuando el tratamiento se inicia tan pronto como se diagnostica la depresión. La mayoría de las personas con trastornos del estado de ánimo se benefician de los medicamentos antidepresivos y la psicoterapia. La clave para el éxito del tratamiento de los trastornos del estado de ánimo y la prevención de futuros episodios es continuar tomando los medicamentos y la búsqueda de ayuda.

Trastorno delirante

Persona con trauma psicológico

Se encuentra dentro de los llamados trastornos psicóticos, como sucede con la esquizofrenia. Sin duda, hay que decir de él, que se trata de una patología grave. Los síntomas más habituales son las alucinaciones. La persona pierde el contacto con la realidad. En ocasiones, quienes la padecen, pueden escuchar voces o pensar que alguien las está siguiendo. Pero no solo es una imaginación sino que para ellos, es algo que ocurre de verdad y que perturbará su vida y sus pensamientos. La mente es quien le juega malas pasadas.

Trastorno de estrés postraumático

Aparece cuando la persona ha vivido una situación de estrés extrema. Además, suele mantenerse en el tiempo, lo que hace que los síntomas se vaya agravando hasta que se hace demasiado tarde. Entre esos síntomas, la persona tendrá pesadillas debido a los traumas psicológicos, no podrá controlar su ira y hasta sentirá la necesidad de estar solo, sin querer ayuda de los demás. Algo que no es nada beneficioso y que tiene que ser tratado, para encontrar la solución al problema que lo acecha.

Trastornos mentales orgánicos

Nos encontramos con los trastornos orgánicos. En este caso, el deterioro será la base principal para poder hablar de un problema como éste. Una cierta anormalidad, tanto psíquica como de conducta será la gran alerta. Algo que hará que el cerebro no funcione de la manera adecuada. El daño cerebral llegará debido a una enfermedad orgánica o bien, por el consumo de ciertas sustancias. Los fallos en la memoria, así como unos pensamientos poco ordenados, pueden dar lugar a hablar de enfermedades como la demencia o el Alzheimer.

¿Los trastornos psicológicos son enfermedades?

Siempre hay muchas dudas cuando hay que hablar de trastornos psicológicos o bien, de enfermedades. Porque el cerebro también tiene las mismas enfermedades que los demás órganos del cuerpo, como pueden ser infecciones o problemas vasculares. Pero cuando los problemas parten de él, parece que no siempre se consideran como enfermedades propiamente dichas. Aunque tendríamos el término de enfermedades psicológicas, se hace una distinción más particular con la denominación de trastornos. Que serán tratados más en la línea de la psicológica o psiquiatría. Aún viniendo del cerebro, también se podrían considerar como una enfermedad más, como las que conocemos de tipo corporal. El debate está abierto, pero desde luego, el término enfermedad sí se puede posar sobre ellas, porque condiciona el cuerpo, así como la mente y la vida de la persona que las padece.

Tratamientos de traumas psicológicos

Debido a un gran estrés emocional, el funcionamiento del cerebro puede verse afectado. En ese momento, tendremos que hablar de los traumas psicológicos. Desde el momento que existe dicho trauma, se debe poner en tratamiento. Ya que si no, puede seguir incrementándose y afectando doblemente a la persona que lo padece. Un trauma que no ha sido tratado de manera eficiente, dejará siempre una huella en la persona. Por lo que siempre debemos pensar en una solución para evitar todo este proceso.

La persona que sufre un trauma, tendrá una serie de recuerdos a modo de repetición que revivirá una y otra vez. Por lo que el tratamiento general ante ello, es intentar encontrar las vías para que la persona pueda descargar todo lo acumulado. Una manera de procesar lo que le sucede por diferentes vías.

  • Una de las primeras fases del tratamiento es hacer que la persona se sienta segura. Una manera de volver a tener el propio control de sí mismo. Se le darán pautas para que intente sobrellevar los síntomas e intente manejarlos día a día.
  • La segunda parte o fase del tratamiento para los traumas psicológicos es enfrentarse al problema. Es complicado, pero la persona debe volver a reconstruir el hecho traumático. Lo más probable es que comience por visualizar pequeñas imágenes, no siempre ordenadas, así como sensaciones muy cambiantes.
  • Una vez que se ha enfrentado el problema, la última parte del tratamiento es intentar hacerle ver la vida presente y futura que tiene el paciente. Una forma de volver a integrarlo en su propia vida, para que sea capaz de comenzar a disfrutarla.

Aunque lo parezca, no es algo muy sencillo de llevar a cabo. Más que nada porque habrá que estudiar la complejidad del trauma, así como del tiempo que lleva en la vida del paciente, etc. A pesar de todo ello, con la terapia adecuada, se consigue.

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