La depresión como un factor de riesgo para el Parkinson

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«He cometido el peor pecado que uno puede cometer. No he sido feliz.»
Jorge Luis Borges

Un nuevo estudio ha demostrado que la depresión puede ser un factor de riesgo para la enfermedad de Parkinson. Esta enfermedad se trata de un trastorno neurodegenerativo crónico, lo que significa que con el tiempo, las personas que sufren esta enfermedad van perdiendo progresivamente sus capacidades. Ésta se produce debido a la destrucción de las neuronas pigmentadas de la sustancia negra, pero las causas que producen esta destrucción hoy en día se desconocen.

Este estudio se ha llevado a cabo mediante un seguimiento de los investigadores durante 10 años a 4.634 pacientes con depresión y 18.544 que no tenían depresión.

El estudio, que fue publicado en la revista online Neurology, llevó a unos resultados en los que 66 pacientes con depresión (lo que supone 1,42 %) desarrollaron la enfermedad de Parkinson, en comparación con los 97 pacientes (0,52%) que no estaban deprimidos. Después de hacer un control de varios factores como la edad, el sexo, hipertensión, entre otros factores, los investigadores llegaron a la conclusión de que las personas con depresión clínica tienen tres veces más de probabilidad de desarrollar Parkinson.

Ello no supone que toda depresión tenga como consecuencia la aparición de Parkinson, como bien declaró el autor principal del estudio, el Dr. Albert C. Yang, que es profesor de psiquiatría de la Universidad Nacional Yang- Ming de Taiwán. Yang declaró que para nada ese era el mensaje que se quería transmitir con este estudio. Lo que se quería demostrar, y transmitir a todos los ciudadanos, es que las personas mayores que tienen depresión, o quienes tienen dificultades para tratar la depresión, deben de estar alerta ante la posibilidad de sufrir esta enfermedad neurológica llamada Parkinson.

Además de este estudio publicado por la revista médica de la Academia Americana de Neurología, hay otros en los que ya se había vinculado la depresión a distintas enfermedades como el cáncer y accidentes cerebrovasculares, pero este último estudio realizado ha demostrado que también supone un riesgo para la enfermedad de Parkinson.

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