Fobia social o Trastorno de ansiedad social (TAS) — Qué es, síntomas, causas, diagnóstico y tratamiento

Se dice que cada cabeza es un mundo. Bien sabemos que existe una gran variedad de personalidades, y más aún sobre la complejidad de algunas. Al asistir a una reunión del trabajo o simplemente compartir entre amigos, es común notar el contraste entre personas muy extrovertidas, graciosas, sarcásticas, dulces y algunas menos elocuentes pero siempre activas en las conversaciones.

Es un hecho que existen personas muy calladas o poco sociales, y esto puede estar ligado a personalidades reservadas o cautelosas. Para muchos esto podría parecer algo normal, y de hecho en muchos casos lo es. Sin embargo, habrá casos en los que tal introversión puede estar dada por factores poco comunes, relacionados con trastornos sociales. En este artículo te explicaremos qué es la fobia social, qué la origina, cuáles son los síntomas que la caracterizan y los tratamientos que existen para su superación.

Conoce qué es la fobia social

La fobia social es conocida formalmente en la psicología como Trastorno de Ansiedad Social (TAS), y consiste en un trastorno de ansiedad en el que individuo presenta un miedo irracional y persistente ante diferentes situaciones que pudieran desencadenar eventos embarazosos. Esto trae como resultado su aislamiento y una actitud evasiva constante ante cualquier tipo de situación social.

El miedo a ser juzgado, humillado o hacer el ridículo en público son algunos de los componentes de este trastorno, y los mismos son frecuentes en situaciones como las siguientes:

  • Situaciones que ameriten hablar en público; como es el caso de una presentación en el trabajo, exposición escolar, o una intervención oral en clase, pasar al pizarrón y escribir.
  • Utilizar un baño público.
  • Encuentros no planificados con conocidos o desconocidos, en los que tendría que intercambiar palabras en un lugar aleatorio.
  • Comer y beber en lugares del trabajo, colegio o cualquier lugar público.
  • Reuniones familiares o fiestas con amistades, en los que sería inevitable el contacto y el intercambio de palabras con otras personas.

No debe confundirse el trastorno de ansiedad social con la timidez, puesto que las personas tímidas pueden desenvolverse normalmente y encajar en diversos grupos sociales. En cambio, las personas que sufren fobia social tendrán serias dificultades en la ejecución de las tareas relacionadas con su trabajo o estudios; debido al miedo persistente a equivocarse y ser juzgados.

En lo que respecta a datos numéricos, Schneier y Cols. en 1992 realizaron un estudio epidemiológico extenso en el cual registraron una mayor incidencia de la fobia social en mujeres, la cual representaba un 70% de los casos. De igual forma, la edad media en la que se manifestaba la misma rondaba los 15 años de edad, aunque puede ocurrir en cualquier etapa de la vida comprendida entre la primera infancia y adultez temprana.

La fobia a situaciones sociales, al igual que otras fobias, constituye un factor discapacitante en las personas que la padecen; que afecta directamente la calidad de vida de las mismas.

¿Cuáles son los tipos de fobia social?

Se pueden mencionar dos tipos de fobia social: específica y generalizada.

  • Fobia social específica: Los temores y síntomas arraigados a ellos se presentan en situaciones sociales específicas, como hablar en público.
  • Fobia social generalizada: El miedo se hace presente en todo el rango de situaciones sociales que considere el individuo que lo padece; con la excepción de aquellas que puedan desarrollarse en compañía de las personas que considere seguras o con quienes se sienta cómodo. Por ejemplo, transitar una calle concurrida o entrar en un restaurante.

Síntomas de la fobia social

Al igual que con otros padecimientos fóbicos, las personas que padecen este trastorno suelen desarrollar la denominada ansiedad anticipada. La cual, en este caso, es una reacción ante el pensamiento de lo que podría salir mal en determinada situación y dejarlo en ridículo.

Las personas con fobia social temen al escrutinio social, e irónicamente se mantienen en constante alerta de lo que podrían estar hablando o pensando los demás sobre sí, es decir, sobre cómo lo podrían estar juzgando; lo cual desencadena acciones guiadas por la inseguridad. Este trastorno se caracteriza por sensación de acecho, vigilia e incomodidad en diferentes entornos sociales.

Los pacientes que padecen fobia social manifiestan sentir una gran insatisfacción con su vida, y en su mayoría consideran que la calidad de la misma es bastante baja.

A nivel cognitivo, los síntomas de la fobia social son:

  • Temor a no poder comportarse de forma normal.
  • Miedo a ser observado.
  • Temor a no poder satisfacer las expectativas propias.
  • Miedo a no poder cumplir con las expectativas de los demás (jefe, padres, maestros, entre otros).
  • Tendencia a enfocarse en aspectos negativos propios, debilidades, errores, defectos, aspecto físico.
  • Temor a la crítica.
  • Miedo al rechazo.

Sin embargo, en pleno ataque de pánico originado por esta fobia, existen una serie de síntomas fisiológicos que acompañan todos los rasgos cognitivos mencionados. Entre ellos se pueden mencionar:

  • Sudoración excesiva, especialmente en las manos (hiperhidrosis).
  • Malestares estomacales: dolor abdominal a causa de los nervios, sensación de vacío en el estómago o diarrea.
  • Ruborización.
  • Dificultad para respirar.
  • Tensión muscular.
  • Escalofríos.
  • Sequedad bucal.
  • Discurso acelerado y nervioso.
  • Náuseas.
  • Sensación de presión en la cabeza.

Causas del trastorno de ansiedad social

Para entender un poco más sobre qué es la fobia social, es necesario indagar en las causas que la originan. De manera general, el desarrollo de estos miedos pueden estar dados por: situaciones sociales desagradables en el pasado, el aprendizaje, y malos modelos de interacción social.

  • Situaciones traumáticas:

Es bien sabido que la infancia, a pesar de ser una época muy estimada por la mayoría de las personas, es una de las más importantes ya que los acontecimientos en ella definirán al adulto. Algún hecho traumático de carácter social con epicentro en la escuela o el vecindario, podría desembocar en una fobia social perceptible en años posteriores.

  • Aprendizaje cognitivo conductual:

El miedo a situaciones sociales puede originarse a raíz de la adquisición de creencias disfuncionales, demasiado radicales, que pueda impedir el desenvolvimiento del individuo en diferentes situaciones. Por ejemplo, a raíz de la presión de cumplir con los padres de manera obligada a cambio de afecto; lo cual podría ocasionar frustración al no satisfacer las expectativas de los mismos.

Otra causa de fobia social ligada al aprendizaje cognitivo conductual puede ser la observación de premiación ante conductas de introversión y sumisión; ya sea por parte de padres, familiares o maestros, y la represión ante la manifestación de la opinión propia.

  • Malos modelos de interacción social:

A pesar de que la estructura y funcionamiento general del núcleo familiar no son considerados como causas directas del desarrollo de esta fobia, algunos malestares que presenten los progenitores sí pueden influir en su aparición. Por ejemplo, depresión, trastornos de ánimo relacionados al alcoholismo, sobreprotección sobre los hijos, problemas maritales entre los padres y el padecimiento de la propia fobia social de parte de ellos.

Además de los relacionados directamente con los progenitores, se pueden mencionar también otros factores de riesgo, tales como:

  • Mudanzas y cambios de escuela frecuentes.
  • Rendimiento escolar deficiente.
  • Malos tratos infantiles.
  • No ser el varón primogénito en la familia.
  • Falta de relacionamiento con adultos durante la infancia.

Consecuencias de la fobia social

La fobia social presenta un alto de grado de co-ocurrencia con otros trastornos de ansiedad (co-morbilidad), tales como:

  • Trastorno de personalidad por evitación.
  • Depresión.
  • Trastorno bipolar.
  • Agorafobia.

Al evitar el contacto con otras personas por miedo al qué pensarán, miedo a hacer el ridículo, o a ser juzgado, las personas con fobia social no podrán disipar dudas referentes a los estudios y a una tarea laboral específica. Incluso podrían generarse problemas serios debido a la falta de comunicación, que podrían desencadenar el bajo rendimiento académico o laboral; lo cual traería como consecuencia el  despido, abandono de trabajo o estudios debido a frustración y aislamiento social.

Además, muchos de los casos de Trastorno de Ansiedad Social están ligados al alcoholismo. Algunas personas intentan sobrellevarlo por sí misma empleando bebidas alcohólicas que permitan que se desinhiban y que puedan interactuar con los demás en determinadas ocasiones. Al notar el efecto “positivo” de la sustancia, se crea una dependencia que se desencadena en vicios. Ocurre de manera similar con el tabaquismo y la dependencia a fármacos sin prescripción médica.

Es por ello que las principales consecuencias de la fobia social se presentarán en las relaciones cercanas, el colegio o el lugar de trabajo. La naturaleza del ser humano es social. Es bastante difícil realizar las diferentes tareas del día a día sin relacionarnos con los demás. El constante aislamiento y sensación de miedo y frustración, junto al desarrollo de los vicios alternos mencionados, termina en un alto número de casos de suicidio.

Diagnóstico del miedo a situaciones sociales

Como ocurre con cualquier afección, bien mental o física, es necesario realizar un diagnóstico de la fobia social antes de proceder al tratamiento de la misma. No se trata de un trastorno fácil de diagnosticar; para ello se emplearán los criterios contenidos en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM), específicamente los apartados DSM-5, DSM-IV-TR (referido al trastorno de ansiedad social) y CIE-10 (fobias sociales).

De igual forma, para hacer un diagnóstico fiable en pacientes mayores de 18 años, debe hacerse un estudio de los síntomas durante un intervalo de seis meses, en el cual los síntomas han de ser constantes. Además, no deben estar relacionados con el uso de alcohol, fármacos y a afecciones físicas u otro tipo de trastorno de ansiedad.

Tratamientos para la fobia social

Se ha registrado que en la mayoría de los casos, acuden a un especialista en busca de tratamiento para su condición al haberla padecido durante un tiempo comprendido entre 6 y 20 años.

Entre los tratamientos de la fobia social se encuentran los siguientes:

  • Terapia cognitivo conductual/Psicoterapia: Se basa en la modificación de la percepción que tenga el paciente sobre sus miedos y su enfermedad en general; al proporcionársele al mismo todo tipo de información referente a la misma a través de diferentes técnicas. Este tratamiento se puede realizar en dos formas: individual y grupal, con lo cual se busca desarrollar las habilidades sociales y por lo general presenta excelentes resultados en la superación del Trastorno de Ansiedad Social.

Debido a que esta fobia tiene un alto grado de incidencia en adolescentes, suele emplearse esta terapia en compañía de los padres y de profesionales altamente especializados en el área.

  • Terapia de exposición: Consiste en la exposición gradual del paciente a las situaciones sociales temidas de diferente nivel; con el fin de que el mismo enfrente sus temores y compruebe que no hay fundamento real que los sostenga. Se realiza en conjunto con la terapia cognitivo conductual y el paciente es completamente consciente del tratamiento.

En la misma se realiza exposición en la imaginación, para preparar psicológicamente al paciente a posteriores exposiciones en vivo, introduciéndolo en diferentes ambientes para su desenvolvimiento.

  • Tratamiento farmacológico: Es un método útil para el alivio de los síntomas originados por los temores. Sin embargo, no representa una solución al problema de raíz. Generalmente se usan como complemento de las terapias cognitivo conductuales y de exposición.

Entre los tipos de medicamentos que se emplean se encuentran: betabloqueadores, benzodiacepinas, inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) e inhibidores selectivos de la recaptación de norepinefrina (ISRN). Estos últimos son los que han registrado menor riesgo de dependencia y mayor tolerancia en los pacientes.

Esperamos que los datos suministrados acerca de todo lo relacionado al Trastorno de Ansiedad Social haya sido de su agrado. Si crees que padeces de esta fobia, te recomendamos acudir al especialista cuanto antes; al igual que si conoces a alguien que tenga los síntomas mencionados, lo mejor es proponerle que acuda a un profesional.


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