El sueño es una parte muy importante en nuestra vida, y es que el descanso es necesario para poder garantizar una buena salud y sobre todo mantener las adecuadas funciones de nuestro organismo. A continuación vamos a conocer cuáles son las fases del sueño e indagaremos en algunas de las particularidades e importancias de cada una de ellas para garantizar un buen descanso.
Qué es el sueño
El sueño básicamente es un estado fisiológico a través del cual vamos a interrumpir nuestro estado habitual tanto en relación con las capacidades sensoriales como con el movimiento y nuestro estado de alerta.
Durante el tiempo en que permanecemos dormidos, en nuestro organismo se produce una serie de cambios entre los que destaca un cambio en la actividad mental que es necesario para poder establecer un buen equilibrio físico y psíquico, es decir, podríamos considerarlo como un estado a través del cual nuestro organismo se equilibra y se recupera del desgaste que ha ido produciéndose a lo largo del día.
Hay que tener en cuenta que un buen sueño es necesario para que todas las estructuras de nuestro cuerpo se regeneren, de manera que, una persona que no descansa el tiempo suficiente, finalmente acaba padeciendo diversas dolencias y problemas que pueden ir empeorando con el paso del tiempo.
Por esta razón, en el caso de que nos encontremos en la situación de que no descansamos adecuadamente, lo primero que debemos hacer es consultar con nuestro médico de confianza para proceder a buscar las razones por las que se produce el mal descanso y, sobre todo, combatirlo con todas las posibilidades que tengamos a nuestra disposición.
Conoce las fases del sueño
Cabe destacar que el sueño está dividido en dos etapas principales que son el sueño lento y el sueño rápido. Al sueño lento lo conocemos como sueño NO REM, mientras que a la etapa de sueño rápido la denominamos sueño REM.
Cabe destacar que la etapa de sueño lento también se divide a su vez en cuatro fases diferentes de manera que en total tendríamos un compendio de cinco fases divididas en dos etapas.
Todas estas fases se van alternando entre ellas durante todo el tiempo en que la persona está durmiendo, de manera que cada fase tiene una duración aproximada de una hora y media salvo la última que es la fase REM y que tiene una duración de aproximadamente media hora. De aquí obtenemos el dato de que, para disfrutar de un buen descanso reconfortante y completo, será necesario dormir al menos siete horas continuadas, con lo que nos garantizaremos que recorreremos todas y cada una de las fases.
Etapa de sueño NO REM
En la primera etapa de sueño que es la etapa denominada NO REM, es donde nos encontramos las cuatro primeras de las cinco fases totales de las que se compone nuestro sueño, teniendo cada una de ellas una duración aproximada de una hora y media y por supuesto presentando algunas particularidades bien definidas.
La fase I del sueño NO REM
La primera fase del sueño es un sueño muy ligero en el que nuestro cuerpo todavía se encuentra alerta, de manera que tiene la capacidad de seguir recibiendo estímulos ya sean táctiles o auditivos.
Durante esta etapa se reduce el movimiento de los ojos y disminuye el tono muscular, pero cabe destacar que estamos hablando de una fase en la que no podríamos ver demasiados resultados reparadores, sino que nos puede ayudar a descansar y sentirnos mejor pero realmente nuestro organismo no se recupera todavía.
La fase II del sueño NO REM
Una vez que pasamos a la segunda fase, el sistema nervioso produce un bloqueo de manera que perdemos la capacidad sensorial, lo que significa que nos desconectamos del entorno con lo que se favorece la posibilidad de dormir más relajados.
Aquí comienza el proceso reparador, pero tampoco se completaría si no seguimos continuando con el resto de fases, y tiene la característica de que desaparece por completo el movimiento ocular y disminuye el tono muscular.
La fase III del sueño NO REM
Ya nos encontramos en la tercera fase que es cuando se entra en el sueño delta, es decir, una fase mucha más profunda en la que se establece un mayor bloqueo sensorial, lo que significa que perdemos la capacidad de comunicarnos con el exterior a través de los sentidos.
Durante este tiempo se reduce la tensión arterial hasta en un 30% y también disminuye la frecuencia de la respiración. Además es el momento en el que aumenta la producción de la hormona del crecimiento.
Se reduce aún más el tono muscular y sigue sin haber movimientos oculares. Cabe destacar que podemos reconocer esta fase si nos despertamos y tenemos la sensación de que estamos confusos y desorientados, en cuyo caso quiere decir que hemos interrumpido el sueño en la fase III.
La fase IV del sueño NO REM
Esta es la cuarta fase y es en la que el sueño es más profundo. Es el momento en el que la actividad cerebral disminuye al máximo y es esencial para una recuperación física y psicológica completa.
Si no llegamos a alcanzar esta fase, habitualmente presentaremos cansancio y sueño a lo largo del día.
Durante esta etapa, el tono muscular se habrá reducido casi por completo, y también es un momento muy importante del sueño ya que es precisamente en el que comienzan a aparecer imágenes que realmente no tienen una lógica clara, además de que es el momento en el que se pueden manifestar tanto los terrores nocturnos como los problemas de sonambulismo.
Etapa de sueño REM
Y finalmente tenemos la etapa de sueño REM que básicamente es la quinta fase del sueño y tiene una duración que suele ser como máximo de media hora.
La fase V del sueño o fase REM
Esta es la quinta fase en la que existe una relajación total a nivel muscular mientras que el sistema nervioso central comienza a activarse. De hecho es la parte del sueño en la que aparecen los sueños tal cual los conocemos. Es decir, si recordáis que habéis soñado algo, tenga o no un argumento lógico, quiere decir que habéis llegado a esta fase.
Comienza un aumento de la actividad eléctrica en el cerebro pero se mantiene la parálisis muscular, de manera que el cuerpo no puede responder a los sueños que estamos teniendo, algo necesario ya que de otra forma podríamos llegar a hacernos daño. Como habéis podido imaginar, esta es la fase en la que se puede producir la parálisis del sueño, de manera que llegamos a un estado de conciencia mientras que no tenemos la capacidad de mover nuestro cuerpo.