Es necesario entrenar nuestro cerebro positivamente, saber cómo funciona nuestro cerebro y saber qué es lo que necesita para poder sacar todo su máximo potencial. La psicología cognitiva se encarga de estudiar cómo nuestros pensamientos condicionan nuestra vida, cómo funciona el procesamiento de la información.
Antes de ver estos 8 TIPS para entrenar nuestro cerebro positivamente, vamos a ver este vídeo sobre la importancia de ser selectivos con la información de nuestro medioambiente para que podamos ser un poquito más felices.
En el vídeo nos cuentan que debemos buscar aquello que nos inspire y huir de todo aquello que nos genere una inquietud en nuestra mente:
[Quizá te interese]
8 consejos para entrenar nuestro cerebro positivamente
1) ¡Nuestro cerebro tiene una capacidad ilimitada!
Nuestro cerebro contiene aproximadamente unos 16.000 millones de neuronas. Forman unas extensas redes complejas y técnicas de información. ¡Cómo puede usted decir, que su cerebro es estéril, no puedo, mi mente me «juega malas pasadas»… Sólo falta que usted empiece utilizar el cerebro plenamente, creyendo en él; mejor dicho creyendo en usted, porque su cerebro es usted.
Empiece a cambiar el lenguaje, y de esta manera utilice información positiva que empape sus neuronas. ¡Es fácil y gratis! Simplemente hay que hacerlo.
2) Utilizar todo el cerebro
Existe, sin exagerar, cierta especialización en el hemisferio dominante, que es por lo general el izquierdo (por eso somos diestros). Sin embargo una persona tiende al máximo desarrollo cuando aprende a utilizar todo el cerebro, no solamente la parte dominante; es mejor utilizar los dos, cuando somos adultos, y para ello hay que hacer ejercicios para que uno pueda utilizarlos.
El hemisferio izquierdo nos controla el lenguaje, sobre todo, y la actividad manual; el hemisferio derecho la parte más afectiva y perceptivo espacial de nuestra persona.
3) Nutrientes para el cerebro.
Nuestro cerebro necesita una serie de nutrientes, para poder guardar y calificar nuestra información positiva. No lo olvide. Por eso es bueno alimentarse bien: alimentación variada y regular. Los neurotransmisores facilitan y agilizan la buena información. Las vitaminas favorecen la concentración de sustancias químicas que ayudan a conservar una buena información cerebral. Si come poco y mal, malamente guardará la información positiva que haga porque, al no tener nutrientes sus neuronas, la información que procese desaparecerá «como agua en una cesta».
4) Constancia sistemática
La forma de grabar eficazmente la bioinformación que queremos requiere de una constancia sistemática: de esta manera se grabará en nuestro cerebro aquello que nos interese y sea positivo y sustituirá a la información «habitualmente negativa», que tiene ya codificada por su educación y costumbre.
Como nuestro organismo funciona por ciclos circadianos, ritmos biológicos, la información positiva tiene que implementarse también de forma sistemática o cíclica: desayuno, comida, cena… todos los días a la misma hora debo realizar un trabajo de bioinformación positiva.
5) Relajación.
Si esa información positiva la realiza sistemáticamente, con una relajación simple: respiración ventral, postura y cerrando los ojos para que nada me distraiga e informe en mi contra, la grabación del mensaje positivo es más certero y más eficaz todo esto puede llegar a costar cinco minutos.
6) Sea justo consigo mismo.
No se exija tanto ni tanta perfección en lo que hace; eso le genera angustia, ansiedad y al final culpabilidad, tensión y finalmente stress. ¡Hemos de saber perdonarnos!
7) Perder el tiempo, es ganarlo.
Rompa su trabajo 10 o 15 minutos para no aumentar la curva de fatiga y controlar su conducta y respuesta de adaptación. No se justifique diciendo que no tiene tiempo que perder. Perder el tiempo, es ganarlo y romper la curva de fatiga en su momento ayuda a terminar el trabajo en mejores condiciones físico-psíquicas.
Si los empresarios supieran que «perdiendo» 10 minutos de trabajo se gana en calidad personal, (y la calidad total, siempre dependerá de la calidad de las personas), nos obligarían a «perder» los 10 minutos.
Dr. Emilio Garrido-Landívar.