Los analgésicos opiáceos o analgésicos narcóticos con prescripción reducen de una manera muy eficaz el dolor. Sin embargo, sus efectos adversos son muy variados así como el grave riesgo de adicción que conllevan. Ahora, un equipo de investigadores han descubierto un vínculo entre el uso crónico de medicamentos para aliviar el dolor y el aumento del riesgo de desarrollar depresión mayor.
El estudio, que fue publicado en el Journal of General Internal Medicine el 31 de octubre, analizó los datos de historias clínicas de unos 50.000 pacientes que no tenían antecedentes de consumo de opiáceos o depresión y que, posteriormente, se les prescribió analgésicos opioides.
Según los resultados, los pacientes que tomaron opiáceos durante 180 días o más, tuvieron un 53 por ciento más de riesgo de desarrollar un episodio de depresión. Los que utilizan opioides entre 90 a 180 días, tuvieron un 25 por ciento más de riesgo en comparación con aquellos pacientes que tomaron opioides entre 1 a 89 días.
«Estos hallazgos sugieren que cuanto más se expone una persona a los analgésicos opioides, mayor es su riesgo de desarrollar depresión», dijo Jeffrey Scherrer, profesor asociado de medicina familiar y comunitaria en la Universidad de Saint Louis y principal investigador del estudio. «Los opioides han sido reconocidos como un método muy eficaz para aliviar el dolor y el sufrimiento, pero los informes de sus efectos adversos son abundantes y siguen apareciendo.»
Scherrer dijo que aunque no hay evidencia clara sobre los mecanismos por los que los opioides pueden contribuir al desarrollo de la depresión en un paciente, puede haber varios factores que conducen a ella. Una hipótesis es que la ingesta de opioides actúa en el cerebro como un «sistema de recompensa» a un nivel más superior de lo normal. Esto significa que el uso crónico de analgésicos narcóticos puede elevar el umbral de una persona en experimentar el placer de las recompensas naturales (como una buena cena o un buen paseo).
El estudio también sugiere que cuanto mayor es la dosis de analgésicos opioides, mayor es el riesgo de depresión.
«La evidencia preliminar sugiere que si la persona es capaz de moderar y mantener en dosis bajas la ingesta diaria de estos medicamentos, el riesgo de desarrollar depresión será menor», dijo Scherrer.
Scherrer dice que aunque los pacientes que toman este tipo de medicamentos no son muy frecuentes, el riesgo de desarrollar depresión puede afectar a su calidad de vida y a su capacidad para lidiar con el dolor crónico. Estudios recientes indican que el uso de analgésicos opioides recetados se ha quintuplicado recientemente.
«A pesar de que el riesgo no es muy grande, hay una exposición suficiente para que tengamos un problema de salud pública», dijo Scherrer.