Cuenta que es un adicto en fase de recuperación. Ha estado limpio durante 9 meses, su período más largo en una década. Muchas han sido las tentaciones pero día a día las ha ido desechando de su mente. Quiere que esta vez sea la definitiva y está luchando para que así sea. Esta vez quiere que sea diferente.
Atrás quedaron sus innumerables horas en la calle buscando su dosis, robando pisos y peleando con los camellos a causa de sus deudas. Cuenta que el infierno existe y él lo ha vivido.
Ahora se encuentra mejor pero siempre tiene miedo de regresar a ese infierno. El apoyo de su familia ha sido fundamental. Se siente querido y arropado por los suyos. Comienza a vislumbrar la luz y apreciar cosas que antes ni siquiera se daba cuenta. Ahora empieza a ver el mundo con otros ojos.
Han sido muchas las noches en las que ha soñado que estaba consumiendo drogas con viejos conocidos. Parece que su subconsciente le pide a gritos una dosis. Sin embargo, el sueño de anoche fue diferente.
Las drogas volvían a estar presentes en su sueño. Pero en este sueño pasó algo que no había sucedido en los anteriores.
En este sueño la angustia y el dolor emocional que le causó su adicción estaba muy presente. En este sueño rechazó las drogas que le ofrecían y se alejó de ellas para descubrir la vida que durante tantos años se había perdido.
Al despertar… se sentía un poco más limpio, se sentía mejor.