Se ha descubierto que hay gente incapaz de huir a las primeras señales de peligro, a veces, a costa de su propia vida. Algunos estudios han revelado una posible causa: la presión del grupo.
La razón principal por las que ignoramos las señales de amenaza, como las alarmas de incendio, es la presión del grupo. Nos sentiríamos muy tontos si respondiésemos a ellas y los demás no lo hiciesen. Simplemente no queremos parecer tontos delante de los demás. Después de todo casi todas las alarmas son falsas alarmas así que por qué debo ser el primero en dejar mi puesto e irme.
El poder de la presión del grupo se reveló dramáticamente en un experimento realizado por primera vez en Nueva York hacia finales de los 60.
Se metía a la gente en lo que decían que era una sala de espera. Los participantes estaban en la sala de espera rellenando los formularios esperando que empezase el experimento cuando en realidad ya había comenzado.
Los investigadores metían humo por debajo de la puerta. Querían ver cuánto tiempo permanecían los participantes en la sala mientras se llenaba de humo.
En la primera parte del experimento, los participantes se quedaban solos en la sala. En esa situación, el 75% de ellos salían para comunicar el posible incendio.
Sin embargo, cuando estaban acompañados por actores que tenían el papel de ignorar el humo sucedía algo más perturbador. Solo el 10% salía de la sala. Muchos de ellos se quedaban sentados durante un largo período de tiempo hasta que a duras penas podían ver su mano delante de su cara debido a la cantidad de humo que había.
El experimento concluyó que la presión del grupo es capaz de ejercer su poder sobre los participantes. Lo mismo les sucedió a muchos en las torres gemelas que no veían el fuego. había un elemento de duda sobre si estaban en peligro.
Una declaración de un miembro del experimento:
«Me sorprendió no hacer nada. Estaba literalmente esperando. Estaba convencida de que alguien diría algo pronto.»
La lección que hemos de aprender del experimento de la sala llena de humo es que a pesar de que la amenaza sea extrema y en algunos casos obvia, la presión del grupo hace que muchas personas permanezcan en sus lugares de trabajo mucho más tiempo del que deberían.
¿Quién sabe si esta es una de las explicaciones de lo que sucedió en las torres gemelas? Es posible que no sepamos nunca lo que sucedió aquel día.