¿Qué es la dopamina y cuáles son sus funciones?

La dopamina es una sustancia que la mayoría de nosotros hemos escuchado alguna vez, ya que suelen asociarla con el deseo, placer o felicidad; sobre todo en estos últimos años que ha habido tanto interés sobre cómo funciona el cerebro. Sin embargo, se trata de una molécula más compleja y que es necesario explicar su funcionamiento para entender para qué sirve o cuál es su importancia.

¿Qué es la dopamina?

Las neuronas utilizan una gran cantidad de neurotransmisores con la finalidad de comunicarse, siendo la dopamina uno de mensajeros químicos. Además, su función es indispensable para el correcto funcionamiento de la mente de un individuo; ya que según las últimas investigaciones, esta sustancia tiene una fuerte relación con lo que una persona quiere o desea. Por ello también es posible encontrarla en forma de medicamentos, los cuales ayudan a las personas que posean inconvenientes en la producción de este neurotransmisor.

Esta molécula es producida tanto por los animales invertebrados como los vertebrados; la cual actúa en el sistema nervioso central y contiene cinco receptores celulares; los cuales se denominan D1, D2, D3, D4 y D5, cada uno de ellos con su propia función. Por ejemplo, el recepto D1 tiene una gran relación con el efecto “activador”; mientras que el D2 sería lo contrario, es decir, un efecto “inhibidor”.

Características 

  • Su fórmula molecular es C8H11NO
  • La producción de la misma se realiza en distintas partes del sistema nervioso.
  • En el hipotálamo también se libera la dopamina, pero en forma de neurohormona.
  • En los medicamentos no afecta el sistema nervioso central.
  • Se considera que  juega un papel fundamental en activar las áreas del cerebros encargadas de las “recompensas”.
  • Otras de las funciones que tiene esta sustancia es ayudar en la coordinación de algunos movimientos, regular la memoria o incluso puede estar presente en el aprendizaje o toma de decisiones.
  • Esta sustancia está asociada a la personalidad, sobrepeso, riesgo, estatus, creatividad y memoria.

Como verás, se trata de un neurotransmisor complejo, el cual cumple distintas funciones en diferentes áreas; por lo que aprender acerca de ella nos acerca un poco más a entender el funcionamiento del cerebro humano, que es una de las incógnitas más grandes del nuestro mundo.

¿Para qué sirve o cuáles son sus funciones?

Como comentábamos, esta molécula juega un importante papel en la transmisión de información entre las neuronas; lo cual le permite estar implicada en una gran cantidad de procesos, motivo por el cual se ha encontrado relación en distintas áreas. Entre ellas no sólo está la “recompensa”, sino también la personalidad, creatividad, memoria, sobrepeso, estatus, curiosidad y riesgo; los cuales se ven afectados según los niveles de dopamina en el cerebro.

Sensaciones asociadas a la recompensa

El neurotransmisor se ve implicado en las áreas del cerebro encargadas de la “recompensa”, es decir, en donde podemos encontrar la sensación de relajación, bienestar y placer. Estas sensaciones entran en juego en la supervivencia del ser humano y su vida cotidiana, ya que por ejemplo, ya mayoría de nosotros sentimos placer al comer, mantener relaciones sexuales o al alcanzar un status social.

Al principio se pensaba que sólo tenía relación en esta parte del cerebro, pero en los últimos años se han encontrado hallazgos que la observan en demás funciones que explicaremos.

Obesidad o exceso de peso

Un estudio arrojó una interesante relación entre la obesidad y la dopamina, ya que muchos individuos con falta de receptores del neurotransmisor, no son capaces de sentir placer por esos alimentos adictivos y que suelen ser tan “placenteros” para la mayoría de personas; trayendo como resultado que el individuo ingiera mayor cantidad de alimentos, produciéndose el exceso de peso u obesidad.

Estatus en la sociedad y satisfacción personal

Por último, también se han conseguido relaciones entre el Estatus social y la satisfacción personal de cada individuo con los niveles de dopamina. En caso del primero, las personas con mayor estatus social suelen tener mayor receptor D2, el cual produce un efecto “activador”. De igual forma sucede con las personas satisfechas consigo mismas.

Aprendizaje y memoria

Según distintas investigaciones, se ha logrado entender cómo esta sustancia está relacionada con la memoria y el aprendizaje; ya que ésta nos ayuda a recordar y retener la información. Debido a que también se ha concluido que el aprendizaje que posee algún factor emocional son mucho más fáciles de recordar (o que son recuerdos más duraderos), por lo que se encontró la presencia de la sustancia en dichos procesos.

De forma más detallada, su función en la memoria es regular la duración de la información adquirida; para así proporcionarle un tiempo específico según cuál recuerdo. Por ello existen cosas que podemos olvidar en un día; mientras que otras tienen una duración mucho mayor.

  • Un ejemplo con una situación común son las experiencias negativas, como un accidente. Las emociones implicadas en las mismas hacen que los recuerdos sean más duraderos, sobre todo los primeros días.
  • Otro ejemplo es cuando vemos una materia en la universidad o escuela de nuestro agrado, en la cual se nos hace mucho más fácil recordar la información que en otras.

Niveles de motivación

Al principio se pensaba que la dopamina tenía como función principal la sensación de placer, pero hoy en día se cree que en realidad puede estar más ligada a la motivación; ya que ésta provoca el deseo de “querer”.

Eso explicaría el comportamiento de las personas con adicciones, que en conjunto con el área de recompensa del cerebro, producen esa sensación de querer consumir la sustancia para lograr bienestar o placer.

Por otro lado, un estudio realizado por la Universidad Vanderbilt (ubicada en Tennessee) encontró mayores niveles de ésta sustancia en las personas con metas u objetivos trazados, los cuales forman parte de su superación. Esto reforzó la tesis de que la motivación es la principal función de la dopamina.

Además, las personas que tienen bajos niveles de dopamina (normalmente por causa de alguna enfermedad), poseen como síntoma la falta de motivación; algo que arroja aún más luz al descubrimiento.

Creatividad

Las personas creativas, según varios estudios científicos, posee menor densidad del neurotransmisor en el tálamo, un área del cerebro que tiene como finalidad hacer de “filtro” en la información recibida. Esto es algo que también se ha observado en pacientes esquizofrénicos, aunque funciona de diferentes maneras en ambos casos.

En los individuos con mayor creatividad, esta falta de dopamina les permite recibir más información, lo cual interviene de forma positiva en la resolución de problemas, por ejemplo. Esta situación podría representarse como una llave de agua, la cual está abierta por la mitad en las personas con niveles medios de creatividad; mientras que los sujetos más creativos tienen la llave completamente abierta.

Personalidad

Esta sustancia puede ser un factor indispensable para entender por qué un individuo posee su personalidad característica; ya que según los niveles del neurotransmisor, una persona será mucho más arriesgada, extrovertida, insegura, entre otros. Para ello se realizaron estudios como el que fue publicado por Nature Neuroscience, en el que había una relación con la personalidad según la dopamina encontrada en la amígdala cerebral.

Según otro estudio, la extraversión es uno de los rasgos que más puede definir nuestra personalidad, donde influye ésta sustancia notablemente. Siendo aquellos individuos “extravertidos” más propensos a contraer adicciones.

Curiosidad y riesgos

Existe una gran relación con la toma de riesgos y búsqueda de respuestas (curiosidad) hacia cosas que no entendemos o conocemos. La curiosidad nos hace investigar, explorar y aprender gracias al factor emocional que posee, por lo que tiene sentido que la dopamina esté presente; ya que como vimos anteriormente, ésta interviene en el aprendizaje (y más aún si existe una emoción que lo promueva).

Por su parte, la relación con el riesgo fue descubierta por Stan Floresco, que en su investigación llevada a cabo en el año 2014 en la Universidad de British Columbia, consiguió en adolescentes que tomaban decisiones más riesgosas con optimismo tenían altos niveles de la sustancia en sus cerebros.

 


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