En nuestra sociedad hay muchas personas que están tristes. La tristeza es una emoción natural que hay que identificar y comprender, porque de esta manera se puede descubrir cuál es la causa del malestar y buscar soluciones. Cuando ocurre la distimia, esa tristeza es diferente. Es una tristeza habitual que causa dolor emocional y que parece que aunque pasen los días nunca mejora… más bien empeora.
La distimia
La distimia también es conocida como depresión leve y crónica. Es menos grave y tienes menos síntomas que la depresión mayor. Cuando una persona tiene distinta presenta síntomas de depresión que pueden estar presentes en su vida durante un largo período de tiempo, a menudo dos años o más. Las personas que sufren distinta también pueden tener depresión mayor que se conoce como depresión doble. En la actualidad tanto la distinta como la depresión crónica se llaman trastornos depresivos persistentes.
Cuando una persona tiene distimia puede comenzar a perder interés por actividades en las que antes disfrutaba, se siente desesperanza, improductividad, baja autoestima y malestar emocional general. Estos sentimientos pueden durar años y afectar directamente a las relaciones interpersonales, al trabajo o a cualquier actividad que la persona haga diariamente.
Una persona con distimia piensa que el optimismo no sirve para nada, parece pesimista porque se queja o no es capaz de divertirse. Es complicado sobrellevar los síntomas porque el malestar emocional causa mucho daño a quien lo padece y en la mayoría de ocasiones se necesita terapia y medicación para poder afrontar esta afección.
Síntomas
Aunque los síntomas pueden diferir de una persona a otra existen algunos que suelen repetirse en las personas que padecen de distimia o trastorno depresivo persistente. Los síntomas pueden aparecer y desaparecer durante años y la intensidad también es variable. Los síntomas más habituales de la distimia son los siguientes:
- Falta de interés en las actividades diarias
- Tristeza, sensación de vacío
- Depresión
- Desesperanza
- Cansancio, fatiga
- Baja autoestima
- Sentimientos de incapacidad e inutilidad
- Se es demasiado crítico con uno mismo
- Dificultades para concentrarse
- La toma de decisiones es difícil
- Enfado excesivo
- Irritabilidad
- Comer demasiado o demasiado poco
- Disminución de la productividad
- Aislamiento social
- Sentimientos de culpabilidad
- Preocupaciones por el pasado
- Trastornos del sueño
- Pensamientos recurrentes de muerte o suicidio, plan de suicidio o intento de suicidio
Causas
Los expertos no están seguros de cuáles son las causas de la distimia o de la depresión. En la mayoría de ocasiones la genética tienen un papel muy importante, aunque muchas personas afectadas no tienen antecedentes familiares de depresión y otras con antecedentes familiares pueden no tener depresión.
Puede que exista un funcionamiento anormal en los circuitos cerebrales o en las vías de células nerviosas que conectan las diferentes regiones cerebrales que regulan el estado de ánimo.
Es posible que el estrés cotidiano y persistente del ritmo de vida actual, las enfermedades crónicas, los dolores que no se curan, los medicamentos, los problemas relacionales o laborales… también pueden aumentar las probabilidades de que una persona tenga distimia en las personas que tengan más posibilidades de desarrollar esta afección de forma biológica (es decir, que genéticamente estén más predispuestas a desarrollar depresión).
Factores de riesgo
Normalmente la distimia suele comenzar pronto en la vida, como por ejemplo en la infancia, adolescencia o siendo joven. Es una afección crónica, es decir, que durará para siempre aunque tenga etapas menos graves que otras. Existen algunas factores de riesgo que puede hacer que la persona desencadene más fácilmente esta condición. Algunos factores de riesgo que se deben tener en cuenta los siguientes:
- Familiares de primer grado de consanguinidad con trastorno depresivo mayor u otros trastornos depresivos similares.
- Atravesar por situaciones traumáticas o estresantes como la pérdida de un ser querido o problemas económicos.
- Tener rasgos de personalidad que impliquen el pesimismo, la baja autoestima, la dependencia emocional…
- Tener antecedentes de padecer otros trastornos de salud mental o trastornos de personalidad.
Complicaciones
La distimia que no se trata a tiempo pueden tener complicaciones graves, como por ejemplo:
- Mala calidad de vida.
- Depresión mayor.
- Trastornos de ansiedad.
- Otros trastornos del estado de ánimo.
- Abuso de sustancias.
- Relaciones difíciles con los demás.
- Problemas en el trabajo por una menos productividad.
- Pensamientos o comportamientos suicidas.
- Dolor crónico.
- Enfermar más de lo habitual.
- Trastornos de la personalidad.
- Problemas de salud mental.
Diagnóstico
Si piensas que puedes tener distimia es posible que estés sufriendo emocionalmente y deberás acudir a un especialista de salud mental para que te pueda hacer un buen diagnóstico basándose en los síntomas que presentas. En caso de que padezcas distimia, los síntomas deben durar más de dos semanas seguidas y serán menos graves que los síntomas que tienen las personas con depresión mayor.
El médico tendrá que asegurarse de que lo que te ocurre no es el resultado de alguna condición física como lo podría ser el hipotiroidismo. Por lo tanto si sientes los síntomas de la distimia más de 14 días, acude a tu médico para que te derive al psiquiatra en caso de que sea necesario.
El facultativo médico te hará una evaluación médica completa y se fijará en tu historial psiquiátrico personal y familiar. No existe ninguna prueba física que pueda diagnosticar distimia (ni rayos x, ni pruebas de sangre ni ningún otro tipo de prueba similar).
Tratamiento
La distimia puede convertirse en una enfermedad grave si no se trata o comienza a tener complicaciones, aunque debe saberse que es tratable y puede tener buenos resultados. Del mismo modo que cualquier tora enfermedad crónica es necesario tener un diagnostico lo antes posible para obtener un tratamiento médico temprano y así reducir la intensidad y la duración de los síntomas. Además, con un diagnóstico temprano se puede reducir la probabilidad de que se desarrolle un episodio de depresión mayor en el futuro.
Para tratar la distimia, el profesional de salud mental puede recomendarte hacer psicoterapia y el uso de medicamentos como los antidepresivos. Lo habitual es que además de esto, también te recomiende una combinación de terapias, como por ejemplo, hacer terapia grupal. En ocasiones, y dependiendo de la gravedad, en los casos más leves puede ser tratada por un médico de atención primaria.