Un equipo de investigadores de distintas universidades (University College of London, Tampere, en Finlandia y Emory, en Atlanta) han descubierto que el receptor de oxitocina, un gen conocido por influir en el vínculo madre-hijo y en la unión de las parejas en las especies monógamas, juega también un papel importante en la capacidad de recordar caras.
Este hallazgo tiene implicaciones importantes para los trastornos en los que el procesamiento de la información social está afectada (como sucede en el trastorno de espectro autista), y podría suponer la creación de nuevas estrategias que mejorasen la cognición social en trastornos psiquiátricos severos.
Según Larry Young, doctor del Departamento de Psiquiatría de la Facultad de Medicina del Centro Emory, este estudio es el primero que demuestra que la variación en el receptor de oxitocina influye en la capacidad de reconocimiento de los rostros. Añade que este descubrimiento posiblemente ayude a explicar por qué algunas personas recuerdan a la mayoría de las personas que conocen mientras que, otras, tienen problemas incluso para reconocer a miembros de su propia familia.
Antes de este hallazgo (y como primer paso de éste), los investigadores de Emory encontraron que, ratones con una mutación en el receptor de oxitocina, no reconocían a los ratones con los que se habían encontrado previamente. Es decir, encontraron que el receptor de oxitocina es esencial para el reconocimiento social de base olfativa en roedores. Fue este descubrimiento lo que les hizo preguntarse si, este gen, también estaría implicado en el reconocimiento de rostros humanos.
Para responderse a la pregunta, investigaron en padres, hermanos no autistas y niños autistas si pequeñas diferencias en la estructura del gen receptor de la oxitocina influían en el reconocimiento de las caras. Los resultados de esta investigación revelaron que un único cambio en el ADN de este receptor tenía un gran impacto a la hora de memorizar las caras en las familias.
Según Young, este descubrimiento sugiere que la oxitocina juega un papel importante en el procesamiento de la información social; el cual se ve afectado en trastornos como el autismo.
“Esto nos motiva a buscar más información sobre el reconocimiento facial y las implicaciones que tiene para los trastornos en los que el procesamiento de información social se ve interrumpida”, dice Skuse.
El equipo continúa trabajando en la búsqueda de estrategias que promuevan la cognición social en trastornos psiquiátricos. Esperemos que, gracias a estos descubrimientos y en un futuro no muy lejano, se logre un gran avance y mejoría en la calidad de vida de las personas cuyo procesamiento de información social se ve afectada. Fuente