¿Cuándo y por qué nos fallan nuestros amigos?

Cuando estamos estresados, metidos en problemas, pasando por un duelo o por un momento difícil, solemos buscar apoyo y consuelo en amigos y familiares. Y en general, nuestros amigos nos ayudan a sentirnos mejor y a afrontar las dificultades que estamos atravesando. Sin embargo, algunas veces esto no sucede y tenemos la sensación de que nuestros amigos nos están fallando.

¿Cuándo y por qué nos fallan nuestros amigos?

  1.  Apoyo social desplazado. Esto ocurre cuando alguien en tu red social trata de ayudarte o de ser empático, pero su comportamiento en realidad no hace más que empeorar la situación. Esto se da de diferentes maneras. Una versión es el típico amigo que va de listo y no puede evitar decirte “te lo dije”. Ese amigo siempre está allí para recordarte que él o ella te había avisado de antemano de lo que iba a pasar y por no hacerle caso estás donde estás ahora. Después de un comentario de este tipo, es probable que no vuelvas a acudir a esa persona la próxima vez que necesites ayuda. Y luego está el amigo que con sus mejores intenciones decide tomar posición en tu conflicto familiar para hacerte sentir que está de tu lado pero lo único que consigue al criticar a tu madre o quien sea la persona de la que te estés quejando, es irritarte aún más. Además, probablemente te arrepientas de habérselo contado. Somos especialmente sensibles cuando se trata de un familiar ya que atañe a nuestra identidad. Nosotros podemos decir las peores crueldades sobre nuestra familia, pero los demás, ¡ni se atrevan!
  1. Miedo al contagio emocional. Algunos amigos tienden a evitarnos cuando estamos estresados o deprimidos porque piensan que si permanecen cerca, correrán el riego de ser contagiados por nuestro estado de ánimo. Lo cual tiene una gran parte de verdad. Hay personas que efectivamente son más sensibles al contagio emocional que otras, pero tiene que ver con un problema de límites. Algunas personas son como esponjas y absorben las emociones de los otros sin darse cuenta. En un artículo anterior “La importancia de aprender a poner limites en nuestras relaciones”, hablo precisamente de este fenómeno.
  1. «Deudas» sociales. Algunas personas piensan que las relaciones de amistad deben de ser incondicionales. Es decir, “Dar sin esperar nada a cambio” como lo hace una madre con sus hijos. Y la verdad es que suena muy bonito. Sin embargo, desde mi punto de vista, carece un poco de realismo. Una relación de amistad, para que sea satisfactoria, debe estar más o menos equilibrada. La energía debe fluir en los dos sentidos. Cuando existe disparidad y además se repite y prolonga en el tiempo, es probable que el que se encuentre en desventaja acabe sintiéndose utilizado, experimente una sensación de injusticia, o termine agotado emocionalmente. Esto explica que algunas veces nuestros amigos se acaben retirando o distanciando de la relación y no estén allí para apoyarnos cuando los necesitemos. Pues, sienten que están dando mucho más de lo que reciben.
  1. Dificultad en detectar emociones. A veces nuestros amigos no nos brindan su apoyo porque simplemente no se dan cuenta de que lo necesitamos. Es posible que estas personas sean menos sensibles a la hora de detectar las emociones en los demás. Puede ser una característica de su personalidad, pero también se puede deber a que estén pasando por una etapa difícil y por lo tanto estén menos disponibles. Otra razón puede ser que les cueste identificarse con lo que sientes porque nunca han pasado por ello. Si realmente necesitas apoyo y no lo estás recibiendo, no esperes a que el otro lo adivine. Pídeselo.
  1. Cambio en las expectativas. Y finalmente, si te das cuenta que la falta de apoyo es una constante en ese amigo, quizás sea más sano cambiar tus expectativas y hacerte de una vez por todas a la idea de que no puedes contar con él o ella. Si no puedes cambiar al otro, cambia tú. A lo mejor ese amigo encaja mejor en la lista de “amigos para salir de fiesta o para divertirse”.

por Jasmine Murga

Parte de la información ha sido extraída de:


Sé el primero en comentar

Deja tu comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

*