Hoy quiero hablarte de los Ataques de Pánico, también conocidos por Crisis de Angustia o Ataques de Ansiedad.
Son cuadros sintomáticos de Ansiedad que aparecen de manera brusca e inesperada, sus síntomas van aumentando progresivamente en intensidad y alcanzan su máxima intensidad aproximadamente a los 10 minutos, que es lo que suele durar un episodio de Crisis de Angustia.
En este vídeo te explico sus síntomas y características, qué hay detrás de estos problemas y cómo se pueden superar:
[social4i size=»large» align=»align-left»]
Algunos de sus síntomas son:
- palpitaciones,
- taquicardias,
- sensación de falta de aire y de asfixia,
- mareo,
- sensación de perder el control,
- entumecimiento corporal,
- sensación de parálisis,
- zumbido en los oídos,
- sensación de tener un ataque al corazón
- miedo a morir y
- miedo a enloquecer.
No tienen porqué darse todos los síntomas, pero sí aparecen muchos de ellos con gran intensidad y la persona después del episodio, tiene mucho miedo de que se vuelva a repetir.
¿Qué hay detrás de estos problemas?
Hay emociones que no han sido expresadas por resultar muy dolorosas para la persona. Suelen estar ligadas a situaciones donde la persona se ha sentido agobiada y «asfixiada» y la única manera que ha encontrado para poderlas tolerar ha sido reprimiéndolas en el inconsciente.
.
¿Cómo se trabaja este problema?
El primer paso es que la persona reconozca que es parte implicada en la solución y que tiene que poner de su parte para resolver su malestar de manera activa, el paso que tiene que dar es pedir ayuda.
A partir de ahí realizar un proceso de trabajo terapéutico que le ayude a entender qué es lo que le pasa y solucionar el problema.
Desde el Psicoanálisis y la Terapia de tipo Psicoanalítico, la persona va poniendo palabras a su angustia y esto permite que salga a la luz su inconsciente y los conflictos que residen en él, de esta manera el material que estaba reprimido se vuelve consciente y resulta menos amenazante para la persona y en sesión lo podemos comprender qué es lo que lo ha generado y qué lo está manteniendo y así podemos trabajar el problema de raíz y superarlo.
.
Respecto a la medicación,
no es necesaria en estos casos. Se puede utilizar, bajo prescripción médica, en algunos casos muy concretos siempre y cuando vaya acompañada de un proceso terapéutico que permita trabajar el problema y progresivamente ir disminuyendo la medicación. No obstante, la medicación NO soluciona el problema, únicamente lo reduce y en cierta medida lo tapa, la persona sufre los efectos secundarios que le genera el medicamento y si se alarga en el tiempo cada vez necesitará más dosis para sentir los mismos efectos, esto genera dependencia.
.
Un saludo,