Pongamos un sencillo ejemplo de bloqueo mental debido a la ansiedad (los hay más graves):
Vas con tu pareja y te encuentras con un antiguo compañero de trabajo con el que tuviste mucha relación. Os saludáis animadamente y te dispones a presentárselo a tu pareja.
Es ese fatídico momento en el que dices: «María, te presento a…» Con horror descubres que no te acuerdas del nombre y empiezas a sentir una horrible sensación de ansiedad.
Esa ansiedad empeora la situación.
También existen los bloqueos mentales en los exámenes. Hay gente que lo pasa muy mal en los exámenes y a pesar de llevarlos muy bien preparados cuando se sientan ante el folio en blanco son incapaces de recordar nada debido a su ansiedad.
¿Cuál es la solución? La relajación. La respuesta es fácil, lo difícil es llevarla a cabo.
3 principales bloqueos mentales:
Sentirse humillado es la principal causa de este bloqueo.
Tienes que darte cuenta de que tu audiencia no está esperando errores o signos de nerviosismo. Solo quiere escuchar tus ideas.
Judith Beck, directora del Beck Institute for Cognitive Therapy and Research(Instituto de Beck para la Terapia e Investigación Cognitiva), dice que es bueno decir a la audiencia que estás nervioso/a. Las personas tienden a simpatizar contigo.
En ocasiones, los conferenciantes tienen miedo de que durante el turno de preguntas y respuestas van a sertirse confundidos. Cuando esto suceda, puede preguntar a la persona qué es lo que piensa acerca de eso. Estas simples estrategias tienen por objetivo reducir la ansiedad a hablar en público.
2) Ansiedad ante los exámenes.
El primer paso para afrontar la ansiedad durante el examen es anticiparse. «Prepárese mentalmente de antemano», dice Judith Beck. «Cuando usted acepta el pánico, es menos probable que ocurra.»
Si el bloqueo mental sigue produciéndose una vez que la prueba ha comenzado, tiene esta sugerencia:
«… Lea todo el examen, encuentre algo que sepa y empiece por allí. Mejorará su confianza y la memoria regresará.»
3) Recordar los nombres.
Este es un mal menor. Si no te acuerdas del nombre de tu hermano empieza a preocuparte pero que no te acuerdes del nombre de un antiguo compañero de trabajo no es tan grave (siempre que no te pase con TODOS tus antiguos compañeros de trabajo).
Puedes tratar de evitar pronunciar su nombre (la técnica más socorrida) o directamente decirle: «Perdona, no puedo recordar tu nombre. Soy un desastre.» No pasa nada. Nadie con un mínimo de inteligencia se sentirá ofendido.
Es necesario estar preparado para esta clase de bloqueos mentales y contar con alguna estrategia de supervivencia. No obstante, el corazón del problema radica en las expectativas poco realistas de algunas personas:
«Alguien que espera hacer un trabajo razonable la mayoría del tiempo es mucho menos propensos a experimentar un bloqueo mental que alguien que espera hacer un trabajo perfecto todo el tiempo», dice Judith Beck.
En otras palabras, el perfeccionismo puede ser destructivo. Si nos dicen que no podemos cometer errores aparece la ansiedad y puede arruinar completamente nuestra actuación. Recuerda que todo el mundo mete la pata, es parte de la condición humana. Saber esta verdad te puede ayudar.
En cualquier caso, el bloqueo mental no es tan malo en aquellas personas prepotentes. Les puede hacer más humildes.
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