Alzheimer — Qué es, causas, síntomas y tratamientos

La enfermedad de Alzheimer es una de las formas más comunes de demencia senil. Se trata de una grave enfermedad que suele aquejar a las personas de tercera edad; dificultando hasta el desarrollo de las actividades más simples en sus tareas diarias. Debido a su complejidad, es necesario informarse adecuadamente sobre las causas del mismo, sus síntomas y el tratamiento más efectivo para sobrellevarlo; sobretodo si conocemos a alguien que pueda estar mostrando indicios de que lo padece.

¿Qué es el Alzheimer?

Para poder entender esta enfermedad, es necesario introducir primero el término de demencia. Existen muchas definiciones de demencia, pero se puede definir como el conjunto de signos y síntomas que caracterizan a la disminución global de las facultades cognitivas del individuo, pero conservando el nivel general de conciencia. Los mismos repercuten inevitablemente en el normal desarrollo de la vida del individuo y de las personas que lo rodean. De igual forma, destaca su difícil diagnóstico, debido a las diferentes causas a las que puede atribuirse.

Una de las demencias más comunes es la conocida como la enfermedad de Alzheimer, y sin duda alguna, es uno de los motivos de mayor peso en la creación de instituciones dedicadas al cuidado de la vejez. Se conoce sólo como Alzheimer y se trata de una enfermedad neurodegenerativa; lo cual implica tres condiciones que la caracterizan:

  • Muerte progresiva de las neuronas.
  • Etiología desconocida; esto quiere decir, que las causas que la producen no se conocen con certeza aún.
  • No existen aún tratamientos eficaces para contrarrestarla, es decir, es irreversible.

La enfermedad de Alzheimer se da casi exclusivamente en personar de edad mayor. Para poder dar una idea clara del grado de incidencia de este padecimiento en la población, se recurrirá a los datos estadísticos obtenidos de estudios epidemiológicos. Los mismos plantean que aproximadamente el 5% de la población mayor de 65 años presenta la enfermedad; este valor aumenta a medida que aumenta la edad del individuo, alcanzando porcentajes de hasta 25% de incidencia en personas cuya edad excede los 80 años. Además, se ha registrado una mayor ocurrencia del Alzheimer en mujer que en hombres, en una proporción de 4:1.

Causas de la enfermedad de Alzheimer

El mal de Alzheimer es una enfermedad cuya principal causa se encuentra en el pasar de los años; con esto lo que se quiere decir es que a medida que una persona cumple años de vida, aumenta el riesgo de desarrollar esta afección. Sin embargo, existen también otras causas (no necesariamente ajenas al factor de la edad) que pueden influir en su desarrollo. Entre ellas se encuentran traumatismos cerebrales, obesidad, tabaquismo, diabetes, hipertensión, niveles altos de colesterol, y asteriosclerosis.

Las causas que dan origen a esta enfermedad aún no se han definido bien, no obstante, se estima que influyen una serie de factores como los genéticos y el estilo de vida, principalmente. De hecho, encontrar el origen del Alzheimer es bastante complejo puesto que los factores mencionados varían en cada individuo.

Factores genéticos:

Existe un gen relacionado a la enfermedad de Alzheimer tardía (desarrollada luego de los 60 años), conocido como apolipoproteína (APOE). Se le asocia con la enfermedad ya que alrededor de un 40% de los casos ha sido portador del mismo. Sin embargo, la presencia de la APOE no implica que una persona necesariamente desarrollará la enfermedad; a su vez, las personas que no lo portan también la pueden presentar.

Son muy pocos los casos de Alzheimer desarrollado entre los 30 y 50 años de edad en una persona. Sin embargo, esto se atribuye exclusivamente al factor genético. Se ha dicho que los pacientes jóvenes con Alzheimer poseen una mutación en uno de tres genes heredados de sus progenitores, y las mismas dan origen a la enfermedad. Aunque, no se ha comprobado que en todos estos casos esa sea la causa principal.

Estilo de vida:

Entre las medidas para la prevención de la enfermedad de Alzheimer se encuentran mantener un estilo de vida general sano, puesto que el desarrollo de la misma puede estar ligado a desequilibrios ocasionados por trastornos en el sueño prolongados, mala alimentación (por ejemplo, calidad de los alimentos y horario de comidas), entre otros.

Síntomas del Alzheimer

El Alzheimer es una de las enfermedades que incluye más síntomas de la demencia. De manera general, este padecimiento afecta la memoria, la percepción, la atención, el lenguaje, las habilidades de orientación en el espacio, la toma de decisiones y las capacidades funcionales del ser humano.

Entre los síntomas clínicos empleados para su diagnóstico se pueden mencionar los siguientes:

El deterioro progresivo de la memoria

Es el síntoma más representativo de la enfermedad, que da origen a todos los demás síntomas y culmina con una amnesia total.

Psicosis:

Los síntomas psicóticos suelen presentarse en alrededor del 30% y 50% de los casos de Alzheimer y se desarrollan entre la etapa intermedia y avanzada de la enfermedad. Consiste en una serie de alucinaciones generalmente visuales; aunque también pueden darse de tipo auditivas y de carácter paranoideo (de paranoia). Estas ocurren debido a la pérdida de la memoria, principalmente. De esta forma, se les dificulta reconocer a sus familiares y los confunden o imaginan que están hablando con ellos, por ejemplo.

Delirium:

El delirium se representa como una alteración en los niveles de atención y fluctuaciones en la conciencia. Este síntoma está acompañado por la incoherencia, alteración en el ritmo del sueño; alucinaciones visuales que por lo general tienen un carácter terrorífico o amenazante, que a su vez son la causa de las agitaciones características de este síntoma.

El delirio ocurre en vista de que la neuro-degeneración producida por la enfermedad de Alzheimer expone al cerebro a todo tipo de noxas, como anoxia, toxinas y disturbios metabólicos.

Agitación:

Entre el 70% y 90% de los pacientes que padecen la enfermedad presentan los síntomas ligados a agitación. Sin embargo, esos pueden variar entre pacientes. La agitación puede manifestarse de las siguientes maneras:

  • Conducta verbal agitada: en la cual pueden abundar palabras inadecuadas, repetitivas y agresivas. Normalmente en elevado tono de voz y acompañadas de quejidos o solicitud de ayuda.
  • Conducta ansiosa: también denominada inquietud, se manifiesta principalmente como temores infundados a la ducha, a la cocina y al entorno social general.
  • Conducta física agresiva: se manifiesta a través de ataques físicos con golpes.
  • Conducta motora sin meta: la cual es también muy representativa de la enfermedad. Los enfermos tienden a escaparse o extraviarse en su transitar sin rumbo; además de vestirse y desvestirse de forma repetitiva.
  • Alteración del ritmo del sueño: lo cual les ocasiona a su vez insomnio en las noches, acompañado por vagabundeo nocturno, y somnolencia en las horas del día.

El Alzheimer no es considerado plenamente como una enfermedad mortal. Sin embargo, su padecimiento aumenta la comorbilidad; esto quiere decir, que una persona este tipo de demencia, se considerará mucho más vulnerable a padecer conjuntamente otras enfermedades.

Debido a la naturaleza del mismo, se aumentan los factores de riesgo de muerte, sobre todo si no se cuenta con los cuidados pertinentes. Ya que aumenta el riesgo de accidentes domésticos y en zonas urbanas, pues la persona que la padece perderá facultades cognitivas. Además, la pérdida de la memoria podría intervenir en el correcto tratamiento de afecciones ajenas al Alzheimer; por ejemplo, el incumplimiento de las dosis de medicamentos recetadas, falta de control en el horario de las mismas, entre otros.

Tratamiento de la enfermedad de Alzheimer

Como comentábamos en varia socasiones, es una enfermedad neurodegenerativa que no es mortal, pero aumenta los factores de riesgo. Esto se recalca, puesto que va ligado a la inexistencia de un tratamiento eficaz para contrarrestarla. A pesar de ello, se recomienda lo siguiente.

Tratamiento curativo

En la actualidad existen únicamente fármacos y medicamentos que ayudan en el retardo de la degeneración. También pueden aliviar de una forma u otra los síntomas ocasionados por la enfermedad. Sin embargo, el problema de raíz persistirá aunque se retarde; ya que la muerte neuronal no se detiene.

Dieta

Se sabe que una dieta rica en antioxidantes, incluyendo alimentos como espinacas, arándanos y fresas, resulta de gran ayuda en la disminución de los niveles de colesterolemia y afecciones en el sistema cardiovascular; las cuales son factores de riesgo para el desarrollo del mal del Azlheimer. Entre sus principales beneficios se encuentra la restauración de la coordinación motora y la memoria espacial.

Tratamiento paliativo

El tratamiento paliativo comprende los medicamentos empleados para reducir la velocidad del deterioro cognitivo ocasionado por la enfermedad. Estos no la detendrán, pero pospondrán durante algunos meses el empeoramiento de los síntomas; lo cual supone un alivio para las personas que conforman el entorno del paciente.

Drogas inhibidoras de la acetilcolinoesterasa

El mal de Alzheimer está caracterizado, como ya se ha mencionado, por la muerte progresiva de las neuronas. Esto afecta diferentes zonas del sistema nervioso central (SNC), lo cual produce alteraciones en los sistemas adrenérgico, serotoninérgico y colinérgico. El deterioro de este último resulta un factor de peso en el desarrollo de la enfermedad, puesto que está ligado a las funciones cognitivas principales, como la memoria.

El nivel de la enzima acetilcolinoesterasa está ligado al deterioro de la acetilcolina, compuesto de gran importancia en el sistema colinérgico. Es por ello que se administran inhibidores de esta enzima.

Los efectos terapéuticos y los efectos secundarios ligados al consumo de estas drogas estarán regidos por la dosis en que se consuman. De manera general, se recomienda que se comience el tratamiento con dosis mínimas; las cuales se pueden ir aumentando de manera gradual para asegurar la adaptación a las mismas. Entre ellas se encuentran: Tacrina, Donezepilo, y Rivastigmina.

Antioxidantes

En lo que respecta a antioxidantes, los estudios se han se han realizado en base a la comparación de los resultados obtenidos en la aplicación de compuestos como la vitamina E y la selegilina en personas con Alzheimer y otros trastornos, como placebo.

Se observó que con la vitamina E específicamente, se reducían los casos en los que los pacientes perdían su capacidad de realizar las diferentes tareas diarias; por lo tanto, se reducía la necesidad de institucionalización. Sin embargo, no detiene el deterioro cognitivo. Aún se conocen los efectos producidos por la selegilina, por lo que debido a los riesgos, es preferible no incluirla en el tratamiento.

A pesar de que el mecanismo de acción de la vitamina E aun resulta desconocido, es un compuesto ampliamente administrado a los pacientes de Alzheimer. Aunque, debe tomarse en cuenta que puede producir coagulación sanguínea y su empleo debe ser, al igual que con todos los fármacos, controlado por un especialista.

Antiinflamatorios:

Estudios epidemiológicos recientes, han atribuido al uso de antiinflamatorios no esteroidales (DAINE) específicamente, una reducción de la enfermedad de Alzheimer en ancianos en porcentajes que van del 30 al 70%. Aunque su mecanismo de acción no está definido aún, y su uso no está exento de riesgos como hemorragias digestivas y el daño hepático o renal (en hígado y riñones).

Estrógenos:

Se ha demostrado que el uso de estrógenos tiene un efecto directo en el sistema nervioso central (SNC); que se traduce en un aumento de la actividad antioxidante celular, del flujo sanguíneo y las más importantes, que son el aumento de acetilcolina y la estimulación del crecimiento neuronal.

Cuidados para el paciente con Alzheimer

El deterioro progresivo de la capacidad cognitiva de una persona que padece Alzheimer traeré como consecuencia una amnesia total; la cual la inhabilitará totalmente para poder desarrollar su vida con normalidad. Es por ello que se considera esta enfermedad como una de las causas principales de la denominada institucionalización de la vejez.

Los cuidados del paciente con la enfermedad en un nivel avanzado requieren de una persona con disponibilidad total de tiempo; preparada para ayudar y atender al paciente en cualquier percance que se presente.

El enfermo no recordará si cumplió con su rutina de higiene personal, no tendrá control sobre su vejiga urinaria y mucho menos podrá llevar un control de su medicación. Estas y otras tareas serán delegadas a una persona cercana, o una enfermera que asista al hogar de la persona; en caso de que los familiares del mismo no accedan a internarlo en un sitio especializado.

Esperamos que este artículo haya sido lo suficientemente completo para entender todo acerca del Alzheimer. Si quieres contar tu opinión, experiencias o dudas, no olvides dejarnos un comentario en la caja correspondiente; intentaremos responder en la brevedad de lo posible.


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