Sentirse feliz entra en el ámbito de lo posible, si se está dispuesto a desfiar viejos hábitos, a cuestionar creencias restrictivas que marcan nuestra visión del mundo y a asumir la responsabilidad de vivir felices cuando no todo el mundo tiene tal suerte.
Es más fácil sufrir que ser feliz, pero en todo momento está a nuestro alcance practicar actitudes nuevas que tienden a facilitar un óptimo desarrollo personal.
Ofrecemos una serie de propuestas eficaces para ayudarte a gozar del día a día y descubrir el placer de vivir:
1) Reduce el sufrimiento.
Si compartes las pequeñas y grandes penas que la vida presenta, comprobarás que, llevadas entre dos, enseguida parecen más ligeras.
Por una parte el contacto íntimo de poder compartir la experiencia es muy reconfortante. A veces descubres que los otros tienen el mismo problema y, al poner las experiencias en común, os ayudáis a encontrar soluciones.
Otras descubres que el otro tienen un conflicto más grave y con ello el tuyo pierde su aguijón.
Hay circunstancias que gustan y otras que no. Si, más allá de las preferencias, se acepta la realidad como es, se encuentra una manera de relacionarse con ella que sea beneficiosa, disfrutando de los buenos momentos y desarrollando paciencia y tolerancia en los malos.
3) Saborea el nuevo día.
Antes de levantarte por la mañana, dedica un momento a degustar el nuevo día. Alégrate por las oportunidades que este nuevo día te va a brindar.
4) Regálate un momento de descanso.
Expándete en todas las dimensiones con la inspiración y enriquece el organismo con oxígeno.
Tras dejar salir la mezcla de gases sobrantes, al final de la espiración hay un momento de absoluto descanso. Nota cómo todos los músculos que en la inspiración trabajaron, al espirar se relajan y descansas hacia el centro de tu cuerpo.
Si te concedes esas pequeñas «vacaciones» al final de la espiración, antes de coger aire de nuevo, espontáneamente tu organismo te recompensará con una amplia inspiración muy refrescante y de lo más reconfortante.
5) Cultiva el sentido del humor.
Si te tomas muy en serio, continuamente tienes que defender tu orgullo y aferrarte a tus opiniones, osea, eres terreno abonado para pasarlo mal y padecer ataques de cólera.
El sentido del humor te ayudará a distanciarte de ti mismo, a relajarte y a valorar lo realmente importante: las buenas relaciones, la comunicación, la acción común en busca de soluciones idóneas para todos los implicados.
Reír es uno de los movimientos más relajantes y fortalecedores que existe. Además se ha comprobado que reír aumenta las defensas del organismo.
6) Disfruta del diálogo abierto.
Con una persona de tu confianza programa una o dos horas a la semana para mantener un diálogo en el que habléis abiertamente de lo que os mueve en esos momentos referente al trabajo, relaciones, proyectos…
Es increíble cómo dialogar abiertamente nos hace sentir más fuertes.
Vídeo para reflexionar: