10 causas principales del estrés laboral

¿Quieres saber cuáles son las 10 principales causas del estrés laboral y cómo superarlas? Vamos a ello:

1) La carga de trabajo y el estrés.

En muchas empresas se da una mala distribución de la carga de trabajo con lo que algunos empleados están sobresaturados mientras otros pueden llegar a aburrirse. Los gestores tienen que dividir las responsabilidades de una manera ecuánime y los empleados deben priorizar el trabajo que se debe hacer.

Un trabajo en el que se satura de responsabilidades a sus empleados no va por buen camino.

2) Las interrupciones aleatorias.

¿No te ha pasado que vas a hacer algo que te urge y suena el teléfono, alguien reclama tu atención o tu jefe te manda una nueva tarea? Entonces empiezas a notar cómo se te hincha la vena de la frente y tus niveles de cortisol («la hormona del estrés») aumentan considerablemente.

Creo que puede ser el momento adecuado para practicar el escaqueo o técnicamente hablando, delegar el trabajo. De igual manera una correcta distribución del tiempo debería tener en cuenta esta clase de «imprevistos». También se puede optar por coger el toro por los cuernos: no coger el teléfono, pronunciar unas breves y escuetas palabras «estoy ocupado» o aclarar al jefe que te está pidiendo más de lo que tu capacidad de trabajo te permite soportar.

3) La incertidumbre.

He conocido a muchas personas con una gran necesidad de conseguir dinero que dan su cuerpo y alma en el trabajo con el único objetivo de que a los 12 meses no los echen. Esto, generalmente y con el tiempo, acaba generando un estrés.

Otro tipo de incertidumbre es cuando te toca hacer algo nuevo que requiere de nuevas técnicas y procedimientos. Un correcto traspaso de información acerca de cómo se deben realizar las tareas bastaría para reducir esta incertidumbre. Se hace necesario, más que nunca, una correcta supervisión de las tareas encomendadas.

4) La desconfianza.

Todos sabemos que la convivencia puede resultar muy dura. Imagínate si convives 8 horas de cada día con personas que, en principio, son extrañas. Naturalmente con unas te llevarás mejor que con otras.

La cuestión es que los supervisores se deben encargar de crear un ambiente sano de trabajo, en donde las relaciones con los compañeros sean lo más naturales posibles y evitando enfrentamientos improductivos que lo único que generan es malestar y estrés.

5) La falta de liderazgo.

Conozco el caso de una chica que compartía trabajo con otras 5 mujeres. Ellas se organizaban su trabajo sin ninguna clase de supervisión ni tenían cerca ningún responsable que las controlase. Lo que parecía un clima desasosegado pronto se convirtió en un infierno. Las discusiones eran continuas a la hora de organizar el trabajo.

La chica en cuestión acabó dejando su trabajo pues no aguantó el clima de violencia que se alcanzó. Los jefes están para algo. Por lo general, se necesita a alguien que organice, distribuya y supervise el trabajo realizado.

6) La incapacidad para realizar un trabajo.

Esa incapacidad puede venir dada por varios factores:

A) Puede que no se esté realmente bien formado para realizar la tarea asignada. Esto se soluciona primero eligiendo correctamente a los candidatos para el puesto de trabajo y segundo dándoles la formación complementaria y continua que se necesite para realizar correctamente el trabajo.

B) Puede existir algún tipo de problema físico o mental que limite la capacidad del individuo para realizar una tarea. En España existe un tribunal médico asignado por la Seguridad Social que es el que determina que el individuo está incapacitado para desempeñar su trabajo habitual. En tal caso se le asignaría una pensión compensatoria.

7) Falta de reconocimiento por el trabajo realizado.

Las personas necesitamos saber si lo que hacemos o nos han encargado están bien o mal. Los jefes deberían alentar a sus empleados con frases tipo: «Lo has hecho muy bien», «vas por el buen camino», «perfecto», «da gusto trabajar contigo», «eres de lo mejorcito que hay por aquí»,…

8) La falta de humor.

Sí, lo ideal sería que todos fuésemos al trabajo de buen humor y que una vez allí hiciéramos lo que tenemos que hacer pero en un clima agradable en donde el humor esté presente. Esto es difícil cuando te tienes que levantar a las 05:00 AM para permanecer 8 horas en el mismo lugar trabajando.

Sin embargo, coincidirás conmigo que es absurdo y de tontos ponerse de mal humor por algo inevitable. Ya que vas a estar ahí, búscale la vuelta y busca situaciones graciosas e incita a tus compañeros a la broma y a la diversión. El buen humor no está reñido con el desempeño de un trabajo de calidad.

9) La falta de comunicación.

Las personas somos seres sociales y necesitamos comunicarnos. La falta de comunicación produce aislamiento físico y mental y es proclive a que aparezca nuestro mal humor y se den situaciones que generen estrés.

10) La falta de autocontrol.

Todos somos mayorcitos aunque muchos se han quedado en la edad mental de los 6 años, la edad del berrinche, del todo lo quiero para mi, del egoísmo puro y duro. Esto acaba generando un estrés entre los compañeros de trabajo difícil de aguantar.

Un mayor autocontrol de las emociones y aumentar la tolerancia a la frustración podrían ser la solución a muchos problemas.

Para acabar con este artículo, te dejo con un vídeo relacionado con este tema:


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